02 marzo 2007

EL PULSO PERDIDO. Política

No cabe duda de que la excarcelación (“prisión atenuada” la llaman ahora) de Chaos es un pulso que el Gobierno ha perdido. La clave del asunto no está en si concurren o no razones humanitarias y morales, como sorprendentemente ha alegado Rub-Al-Kaaba, sino en el contén que ha hecho ceder al Ejecutivo de ZP. Cuando escucho a los socialistas hablar de “moral” se me pone la piel de gallina, lo confieso, por eso siempre desconfío. Los pecados del Gobierno han sido los siguientes:

1) Haberse plegado, al fin, a las pretensiones del etarra.

2) Dar toda la sensación de tratarse de la contrapartida a las declaraciones de Otegi en La Vanguardia en las que, entre requiebros y lisonjas, reabrió la segunda parte (esperada desde el 30 de diciembre pasado) del “proceso de pazzzz”.

3) Haber pretendido convencer al respetable de que esta decisión es, o ha sido, competencia exclusiva del Ministro del Interior, para salvaguardar así la popularidad de su jefe de Gobierno. Cosa que, naturalmente, no se ha creído nadie.

4) Otro de los pecados del Gobierno en este asunto (porque en el resto la enumeración sería casi ad infinitum) ha sido pasarse la opinión de los ciudadanos por donde el Coloso de Rodas se pasaba los barcos, expresada, sin ir más lejos, en una concentración el sábado pasado (¡!) en Madrid. Supongo que esta es la “democracia de calidad” que prometió ZP, basada en “escuchar a la calle” que tanto reclamó a Aznar en las manifestaciones contra la guerra del sempiterno Irak.

5) Haberle concedido una prebenda penitenciaria a un sujeto que no sólo no ha dejado de pertenecer a la ETA, sino que además ni siquiera se ha arrepentido ni hecho nada para constatar que sus asesinatos de ayer y sus castas amenazantes son cosa de un pasado al que renuncia. Ninguna de estas cosas ha sucedido, por lo que no existe motivo alguno para reconocerle un régimen penitenciario distinto al que estaba padeciendo.

6) Y, en fin, otro dislate que ha provocado el Gobierno con todo esto ha sido convertir a Chaos en un héroe en vez de un mártir. Un mártir es un héroe muerto; en cambio, un héroe es un mártir vivo. ¿Qué merecía la ETA? La ETA merece tanto mal como el que ha causado, es decir, un mártir martirizado motu proprio.

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