07 diciembre 2006

LA HAMBURGUESA PROHIBIDA (o El tamaño sí importa). Política/sociedad.

Y eso que, según la Ministra del ramo, ella no puede prohibir que el Burger King deje de vender tan magnas hamburguesas, que si no… La cosa es que mientras la señá Salgado dejó en evidencia la magnitud calórica de la Whopper, los creativos publicitarios de la marca (en la que sólo espero que esté don Risto Mejide, oh sí) han optado (con buen criterio) por la huída hacia delante, o lo que es lo mismo, han empleado la táctica del niño consentido: cuanto más me riñes más lloro. Cómo me alegro. Pero me alegro por una cosa: porque la hamburguesería tiene todas las de ganar y, claro, el Ministerio, todas las de perder.

Una vez más, nuestro socialismo real pretende inmiscuirse hasta en el tuétano (y el lecho) del ciudadano (súbdito siempre, y subordinado a sus designios, por mor del socialismo universal). Si al Burger le prohíbes la Burger XXL king-size, inventan la Doble Whopper. Si prohíben ésta (que ya lo han hecho), los publicitarios de la casa sacan la Triple Whopper. Y si ésta, como es previsible, es también vetada por la señá Ministra, el King de los burgers lanzará la Triple Whopper XXXL king size extreme. Y si ésta, como también es de esperar, es atacada por sanidad, lo más probable es que podamos comernos una magnífica e hipercalórica Triple Whopper XXXL king size ultra-extreme summun ne va plus, o sea… Y así sucesivamente, hasta que el comando anti-Whopper acabe dándose cuenta de que si bien prohibir es fácil, prohibir con rigor y criterio es algo más complicado. Si estas magníficas y calóricas hamburguesas son tan letales como dicen, que las prohíban, pero que prohíban su tráfico, como prohibido está el tráfico de la droga y el de fármacos fuera de un recinto farmacéutico.

Si son tan nefastas, que las prohíban, pero que no sean tan cretinos de permitir que sigan en las sartenes de estos fast food bajo riesgo del destino fatal de sus clientes.

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