10 diciembre 2005

EL “CASO OLEGUER”. Sociedad

Oleguer es un espléndido defensa que milita en el F.C Barcelona. La cuestión es que el chico no sólo milita en el club culé, sino además en las filas del nacinalismo catalán. Hasta ahí nada que objetar. La cuestión es que hace tiempo el mozo expresó su desden por la selección española de fútbol respondiendo a una pregunta sobre una eventual citación a jugar con el combinado nacional. Pues bien, Luís Aragonés lo ha convocado para un “convivencia” con el resto de sus compañeros de selección y el debate se ha abierto: si Oleguer no comparece sería objeto de una sanción que oscilaría entre una multa económica y/o la inhabilitación temporal. Y la pregunta es: ¿es justo que se le sancione al jugador catalán por no acudir a la llamada de la selección? La respuesta claramente es: no. No es justo que se multe a alguien por seguir sus convicciones, sean éstas religiosas, políticas o morales. No es justo. Si no quiere ir a la selección porque no se siente español sino catalán, no hay nada que reprocharle. Y, entiendo, que nada que exigirle.

La selección española de fútbol, lo mismo que cualquier otra, es, o debería ser, un grupo de intereses honestos, un colectivo unido para la consecución de un fin: ganar el mundial, la eurocopa, o la competición que se trate. A este grupo sólo deben pertenecer los que quieran pertenecer a él, nadie más. Quien por cualquier circunstancia no desee incorporarse a la selección, que no se incorpore. Que se quede en su casa. Búsquese a otro. Los expertos en “empresa”, saben muy bien que más vale perder un efectivo que mantenerlo a desgana. Más vale trabajar solo que con un socio desleal.

El hecho de que intervenga en el asunto el “catalanismo” no debe confundirnos. Ya sea el catalanismo, el vasquismo, o el ateísmo, nadie debería ser constreñido a llevar a cabo una misión en la que no crea con todas sus consecuencias. Oleguer tiene todo su “derecho a objetar” y los demás tenemos el deber de aceptárselo. De esta forma, ni él lesiona su conciencia política, ni perjudica al resto. Más aún, tal y como se ha planteado el tema, lo mejor sería que el defensa catalán no compareciese en la selección, porque sólo recaerían sobre él las sospechas y las suspicacias.

Así que, Oleguer: sigue pensando lo que piensas, vota a quien quieras, y juega donde quieras, pero nunca utilices a la selección española para ningún fin que no sea defender hasta el final los colores que representa la camiseta roja y el pantalón azúl.

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