
Una vez reivindicado el origen antediluviano de la raza catalana, y una vez aprobado el Estatuto en base a ello, Maragall dice que ya han conseguido lo que querían. Claro, así se entiende que la independencia ya no les haga falta para nada. Si tienen lo que quieren y el Estado español (como dicen ellos) sólo es “residual”, aunque pagano, pues ¡viva España! (con perdón, eh…). Si ya decía yo. Dónde van a ir a parar, si tienen firmadas las inversiones de los tres próximos años. De esta forma se entiende meridianamente bien por qué la independencia es inútil y ridícula: si Cataluña fuera independiente no tendría, en principio, la más mínima posibilidad de pedirle limosna al Estado español, en cambio, si tienen lo que quieren y además siempre tienen la posibilidad de coaccionar al Estado para que les monte otras olimpiadas, otro Forum, el AVE o cualquier otra mandanga con vitola cultureta, pues mejor que mejor. Cla!
Sólo una cosa a modo de “post data”: espero que el Tribunal Constitucional resuelva pronto (muy pronto) la inconstitucionalidad del Estatut, porque mucho me temo que tanto regocijo nacionalista va a asistir próximamente al capítulo de la decepción.
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