30 mayo 2005

SIEMPRE HABRÁ CLASES…Política

Los regímenes comunistas del siglo XX basaron (y basan) su organización en los postulados marxistas, es decir la supresión de las clases sociales económicas, la nacionalización del capital, la eliminación de la disidencia y el intervencionismo del Partido en todos los ámbitos de la libertad individual. En pura teoría no creo que puedan existir muchos reparos a la loable intención ética de estos principios, pero la práctica nos ha enseñado lo contrario. La libertad del individuo, derecho supremo tras el de la vida, impulsa al ser humano a preservar su esfera personal y patrimonial con independencia de lo que otras entidades sociales o políticas le impongan, o simplemente le recomienden. La socialización de cualquier elemento, conduce a la persona a intentar apropiarse de aquel antes o después, por medios lícitos o a las bravas. En el mejor de los casos, el individuo no se conforma con la parte socializada que le asigna el Estado. De ahí que la economía sumergida, otro reflejo de la libertad humana en lo económico, sea una de las consecuencias de todo régimen comunista.

Lo que sí logró el comunismo es la extinción de las clases sociales, al menos aparentemente. Es cierto que todos los ciudadanos eran iguales entre sí; sin privilegios económicos (eje de todo sistema intervenido), pero sin capacidad de decisión. Los dirigentes del leninismo, del stalinismo, del maoísmo o del castrismo aún vigente, declararon la semejanza de los ciudadanos, pero sólo de los ciudadanos. Es decir, por ejemplo: Stalin propugnó que todos los ciudadanos eran iguales, pero que él era más y mejor que el resto: Los argumentos de la reencarnación de la providencia en los redentores de la patria, los líderes del pueblo, siempre ha servido a los demagogos para embaucar a sus súbditos. Incluso esto aún sucede en el primer mundo.

Todo esto del comunismo y de la igualdad de los ciudadanos viene al hilo de la excarcelación de Otegui. Herri Batasuna y sus distintas mutaciones de nomenclator se postulan como un partido no ya de izquierdas sin más, sino como una formación de corte leninísta, como confesó recientemente la portavoz del PCTV. Cualquiera que sepa un poco de política, conoce de siempre cuales son los principios políticos de HB: el comunismo en cualquiera de sus versiones. Pero resulta muy curioso que aun en el mismo partido existan clases. En efecto, Otegui predica la igualdad de sus afiliados, pero él es más. Aunque sea, más importante. Por eso a él le sacan de la cárcel antes que al resto, para él si que hay fianza. Además fianza exprés. Con razón se quejan el resto de los presos etarras de que a ellos no se les dispensa el mismo trato desde la dirección del partido. Por eso, siempre habrá clases, incluso en los órganos de un partido comunista. Y siempre habrá clases porque gente como Otegui las crea y las mantiene.

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