10 noviembre 2005

LAS NACIONES DE ESPAÑA. Política

Sabido es, que España es exactamente lo que los nacionalistas quieren que sea. Nadie en este país, salvo los nacionalistas, es capaz de definir qué es y de qué está compuesta España. Entre los nacionalistas, a su vez, hay dos clases de ellos: los que se declaran abiertamente como tales, y los que lo ocultan para intentar no desacreditar su discurso. Naturalmente, estos últimos son los de peor calaña, no sólo porque actúan con un pertinaz cinismo que les hace ser rechazados desde su propio partido, sino porque, aun con todo, no aceptan públicamente lo que realmente son. Es el caso de Maragall, el cual se proclama a sí mimo como catalanista, español y no sé cuantas tonterías más, a pesar de que, de todas esas cosas, el President sólo es una: un nacionalista.

Publicó ABC el pasado domingo una entrevista que no tiene desperdicio. Es como una entrevista con un analfabeto. Entre sus inquietantes respuestas hay una que figuraba en el subtítulo de la portada del diario: “En España hay tres naciones seguras, y alguna probable”. La frase da para mucho, aunque no me extenderé. Es una máxima que conviene leer más de una vez, incluso más de dos, para contemplarla desde todos sus vértices. Sin embargo, lo que más me sorprende es que Maragall se considere capacitado para determinar cuáles son las naciones de España, si es que las hay, y cuáles no. Es más, ahora parece haber un tertius genus representado por aquellas regiones que podríamos denominar “dudosas”. No siendo suficiente con dividir a España en “territorios-naciones” y “territorios-no naciones”, el iluminado que rige el triste destino de los Catalanes (esperemos que no consume el de España) añade que puede ser que alguna otra Comunidad Autónoma pueda ser asimismo una nación. Y lo dice él, eh.

A ver: por ejemplo, La Rioja, ¿qué es La Rioja? ¿Una nación, una no-nación, o “dudosa”?, es decir, ¿un híbrido a expensas de lo que decida el líder regionalista de turno o una nación con todos los sacramentos? La cuestión no es baladí, no; porque también sabemos que los “territorios-naciones” gozan de ciertos privilegios de los que carecen las regiones “no cualificadas”, que normalmente parecen no tener derecho a nada.

Así que estoy deseando que Maragall revele de una vez por todas cuáles son las “naciones” de España, cuáles las “no-naciones” y cuáles las “dudosas”, y que aclare, respecto de estas últimas, los requisitos, signos, valores o atributos que deben reunir para ser consideradas como tales.

No, si ya lo digo yo: al final, La Rioja acabará siendo una nación, aunque sea por la vía “dudosa”. Como decía el chiste: siempre habrá jurisprudencia...

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