
Este contubernio inquisitorial nació viciado desde el origen, ya que no se pretendió esclarecer ninguna circunstancia reveladora o indiciaria de los crímenes ferroviarios, sino hundir para siempre a Aznar y lastrar de rebote a Rajoy, que pasaba por allí pero era Ministro y delfín de aquel otro. Semejante sarao de falsedades por parte de guardias civiles, comisarios, policías y agentes del CNI no creo que tenga parangón en nuestra historia reciente. Qué congoja, y qué asco. Todos a por el PP. Los partidarios de linchar al “principal partido de la oposición” sacaron sus propias conclusiones antes de que se abriera el ciclo de comparecencias; y esas mismas conclusiones son las que llevaron al final de la ronda de testimonios sin dejar que las intervenciones más jugosas se produjeran, no fuera a ser que se les descompusieran las pre-conclusiones.
Ahora, si lo del líder de Coalición Canaria simplemente lo he soñado, seguiré durmiendo.
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