18 agosto 2005

No me resisto a incluir un estracto del artículo de Antonio Burgos titulado ¿Y ahora qué?, publicado ayer en ABC.

"[...] Supongo que durante la celebración del funeral con diecisiete banderas de España (una por cada autonomía) cubriendo otros tantos féretros de otros tantos militares que dieron la vida por ella, la organización tendrá en cuenta que sus familiares, viudas y huérfanos puedan increpar convenientemente al Gobierno políticamente responsable de los hechos.

Supongo que el equipo médico habitual de los pancarteros y pegatineros, encabezados por el/la Bardem de turno y con el correspondiente acompañamiento de ramoncines, guayómines, aragones, victormanueles y otros perceptores de subvenciones culturales leerá los comunicados de costumbre, tomará las pancartas de reglamento contra la presencia de tropas españolas en los chirlos mirlos y se pondrá las pegatas de rigor con las clásicas leyendas de «Nunca más un Afganistán».

Supongo que, a falta de premios Goya, para la propaganda de estas tesis pacifistas serán aprovechados por los mencionados y asimilados todos aquellos pregones municipales de fiestas que en estos días pronuncian cual Bien Pagá, en los que pedirán la inmediata retirada de nuestras tropas.

Supongo que el ministro Bono será declarado prófugo o réprobo, algo esdrújulo, por el Congreso de los Diputados, y que los familiares de las víctimas, amablemente invitados a pasar, podrán insultarlo a la puerta de su propio despacho.

Supongo que desde el talante y el diálogo se conseguirá la dimisión de todos los responsables políticos, así como el inmediato repliegue de nuestros soldados.Quizá sea mucho suponer. Supongo que de todo tendrá la culpa Aznar. Aunque a los soldados los mandase ZP a Afganistán el pasado día 12, en una misión exactamente igual de humanitaria que la de Irak [...]".

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