Todos sabemos que la política internacional de ZP se ha volcado especialmente y desde el principio sobre ciertos países. En particular, y como también es notorio, sobre Cuba, Venezuela y Marruecos. Espléndidos destinos para los turistas…aunque, por si acaso uno nunca sabe. Nada más. De Castro poco nuevo se puede decir: un revolucionario comunista, y dictador autócrata. Es curioso, ¿verdad?, pero decir que uno es un “revolucionario comunista” no denota matiz peyorativo alguno. Es más, la gente se pone camisetas con la efigie de los líderes marxistas del viejo y el nuevo continente (porque, también es curioso, que nadie se vista de Pol Pot o de Mao, salvo en los cuellos de la camisa), pero ponerse una camiseta con la foto de Hitler, Mussolini o Milosevic no se ha llevado nunca, y eso que aquel primero se cargó a cerca de 10 millones de personas cuando Stalin se pasó por la piedra a varias decenas de millones. Es lo que tiene la progresía: la coherencia. Pero a lo que voy, que dos de los caudillos comunistas más notables de América han sido el centro de atención de la Conferencia Iberoamericana de Salamanca. Fidel que no ha acudido y Chavez que se ha hecho querer pero que aquí ha estdo para insuflarle a ZP algunas de sus geniales ideas como la de ocupar y socializar la propiedad privada, que es en lo que anda enredado actualmente el “gorila rojo”. Lagarto, lagarto.
Pues bien, este cariño que profesa nuestro Gobierno por el totalitarismo comunista del otro lado del Atlántico también es compartido por otros “ilustres conocidos”. La plataforma Euskadi-Cuba se personó en la capital castellana, con Otegui a la cabeza, para jalear a estos revolucionarios caciquistas. La plataforma la forman nada más y nada menos que Batasuna, Esker Batua, el Partido Comunista de España y Aralar, entre otros. Casi nada. Lo mejor de todo es que si entras en la página de estos revientacerrajas se pueden leer una serie de lemas a favor de la libertad de expresión; sí, sí, como suena. Supongo que se refieren a la libertad de expresión de Cuba, en la que las cárceles están llenas de expresión. Dígase lo mismo de Marruecos, ya que lo he citado. Y voy a lo de siempre: ¿se imaginan ustedes a Aznar como presidente invitando a Pinochet y a Videla para abrazarlos, y que se dieran cita, además, Fuerza Nueva, el partido nazi de España, y las Brigadas de los Camisas Negras del Lazio?, ¿se lo imaginan?. Yo tampoco, y perfiero no imaginármelo. La cuestión es que no me hace falta imaginarme que unos dictadores impíos se reunen en Salamanca para defender los derechos humanos y unas cuantas mandangas más para volver a sus países y seguir metiendo a la disidencia en la trena y eliminar la propiedad privada.
Qué coincidencias más raras tiene ZP, ¿no? Porque si es verdad eso de “los amigos de mis amigos…” tendremos como resultado lo que ustedes acaban de deducir. Qué desastre...
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