28 noviembre 2006

EL VIDEO Y DON TANCREDO. Política

Una vez más, el PSOE ha sabido acertar en el momento y en la forma de contraatacar al PP. Esta vez mediante un vídeo de esos que se están poniendo tan de moda y que, no se olvide, ideó el órgano del agit prop socialista tiempo ha con el famoso doberman y el regreso del Opus Dei, que gritaba Guerra. Es ahora, en el momento en el que la viabilidad del “proceso” se halla en la fosa séptica de la esperanza, cuando los el background de Ferraz ha decidido publicar un reportaje sobre la maldad pretérita de Aznar. Pretérita aunque con idea de hacerse presente y de desprestigiar al adversario antes que ennoblecerse por méritos propios. Y en efecto, el video deja en evidencia a Aznar, sobre todo, y presenta una serie de testimonios, la mayoría torticeramente manipulados, para poder sostener que, aun cuando el dichoso “proceso” está resultando como un Alka-seltzser recién arrojado en un vaso de agua, Aznar fue peor.

Hay que reconocer que el video es efectista y, lo que es mejor, eficaz. Mucho me temo. Pero sólo eso. Mal que Aznar dijera eso de “movimiento vasco de liberación”, mal que Miguel Ángel Rodríguez (que, digo yo, a qué lo tendrán que traer a este ahora a la verbena) dijera que “no debe haber ni vencedores ni vencidos” (el cual ya se ha defendido con no sé qué milonga) y mal que algún otro se regocijase en su momento con la hipotética posibilidad de la “pazzz”. Pero nada de malo tiene que el Gobierno de Aznar trasladase a presos etarras a las cárceles de la península, siempre que la táctica penitenciaria a la sazón lo autorizase. Tampoco creo que haya inconveniente en reconocer que el anterior Gobierno tantease, efectivamente, la posibilidad de una solución dialogada al problema terrorista: es la mitad de la mitad lo que está haciendo el Gobierno del PSOE. Sí, porque no es lo mismo tantear el negocio que negociar. Lo explica la Teoría General del Negocio Jurídico. El tanteo, o trato preliminar, se limita a sondear la disponibilidad a negociar. En cambio, negociar es un do ut des.

La gran diferencia, la diferencia esencial, entre lo que llevó a cabo Aznar y lo que esta intentando ZP con todo su ahínco es que mientras aquel primero abandonó la mesa de tanteo ante las pretensiones de su contraparte negocial (autodeterminación, Navarra, excarcelaciones, etc), el actual Gobierno lo único que sabe es qué quiere (la pazzz), pero no sabe ni cómo ni está en condiciones de decidir qué está dispuesto a hacer para conseguirla. Esa es la gran, y esencial, diferencia: el uno tenía meridianamente clara su postura (al margen de que acercara presos a la península), pero este otro está consintiendo que la ETA y sus tentáculos sigan desplegando su credenciales día tras día por las calles del País Vasco, está tolerando que le chuleen a la cara con unas pretensiones extralegales y, en fin, está provocando que, ante tanta zozobra, el ciudadano se irrite ante la inerme pasividad de nuestro Don Tancredo particular.

25 noviembre 2006

LIBERALES, TOLERANTES Y OCCIDENTALIZADOS. Sociedad

Así son los moritos y los paquis de España. Tranquilidad. Sí, ya sé que el título es impactante y que hay que leerse la noticia entera antes de que te dé un patatús de incredulidad. La pega es que, una vez que se ha leído la encuesta que concluye que los musulmanes son fetén, te da el patatús, pero no de incredulidad, sino de risa. Cuidado con la risa, que hay leyendas urbanas que aseguran que uno se murió de eso, lo mismo que el que asfixió con un gargajo (propio, supongo). Ahora bien, si uno sabe de antemano que la encuesta viene del Ministerio del Interior, la cosa cesa de ser dramática inmediatamente. No, no lo digo hiperbólicamente. En serio, si te echas a la cara esta encuesta confiando en que es medianamente fiable te da un pasmo.

Pues sí, resulta que los hijos de Alá y los españoles son “comunidades indistinguibles”, según el director del sondeo. No sé si reírme o tirarme un pedo (que diría Torrente). Pero vamos, yo, como miembro de la “ciudadanía influenciable”, me lo creo sin pestañear. Vamos! Me quedan algunas dudas, pero prácticamente insignificantes, poca cosa. Por ejemplo, qué significa eso de que son “liberales” (porque liberal, aparte de que no es lo mismo que liberalista, admite varias acepciones). ¿Que tienen propensión a la libertad individual de la mujer?, por poner el caso; ¿que no les importa que la parienta salga con las amigas a tomarse unos cacharros los sábados?, ¿o que son aficionados a los “clubes liberales” en los que te enrollas, tú y tu señá, con alguno que tenga ganas de montar un trio/terna en el dark room? No sé… Rubalcaba sabrá. Las mismas objeciones me presenta lo de “tolerantes” y lo de “occidentalizados”.

Las preguntas de si el morito “se encuentra a gusto en España” o si “es practicante” son, según entiendo, irrelevantes a estos efectos. Absolutamente irrelevantes. Vamos, son las típicas preguntas que los sociólogos denominan para “entrar en calor” (warming up questions) o “para dar encerar o dar jabón”, que me gusta más. Luego llegan las buenas. ¿Hasta que punto le inspiran confianza cada una de estas instituciones?, les han preguntado. El Rey, a tope (un 7´2 de 10), las ONG´s (un 6´8), etc. Y ¿los Estados Unidos?, les pregunta Rubalcaba. Ayyyyyyyyy, qué malvaaadoooo. Qué raro que Rub Al-Kaaba formule este tipo de preguntas. Dicen los moros que confían un 2´4 en los USA. Y digo yo, ¿por qué no les pregunta a esta gente tan occidental y tan cool qué confianza tienen en Bin Laden? Francamente, me interesa bastante más saber qué piensan los paquis del líder de Al Qaeda que lo que opinan del Gobierno de Bush, porque ya lo sé. Pero eso no hubiera estado bien, claro. En nuestro socialismo real, la “política corrección” es uno de los dogmas de cabecera, y eso de preguntarle al Diablo por el tridente esta muy mal visto. Si yo lo entiendo. El único inconveniente es que si no se lo preguntas te salen encuestas como esta; pero qué le vamos a hacer.

A la pregunta de si la religión islámica es compatible con la democracia y los derechos humanos, el 84% de “los chicos del Corán” (como dice Andy Chango) responden afirmativamente. No sabría decir qué se supone que los moritos entienden por “derechos humanos”, supongo que se refieren a la libertad de la mujer, la libertad de culto de los infieles, la libertad de pensar, de hacer, de comer y todo eso. Pero la pregunta que no tiene desperdicio es esa que dice “si la violencia es una forma inaceptable de defender o difundir las creencias religiosas”. A esta cuestión, ya de por sí capciosamente formulada, los encuestados no debían responder “sí” o “no”, sino “muy o bastante de acuerdo”, “poco o nada de acuerdo”, etc. Hasta un español tendría que reformularse la preguntita un par de veces para responder en función de las respuestas ofrecidas, así que no digamos el esfuerzo que habrán tenido que hacer los musulmanes consultados. De ahí que otro 85% de los sondeados responda que “la violencia es inaceptable”. Supongo que el concepto de “guerra santa” (uno de los deberes esenciales de todo mahometano, no lo olvidemos) será algo así como la batalla del vino de Haro o la tomatina de Buñol, pero con dátiles. Esta batería de preguntas rubalcabescas me recuerdan a eso que te preguntan cuando aterrizas en Estados Unidos: ¿pertenece usted a alguna organización terrorista?, ¿tiene usted la intención de atentar contra el Presidente de la nación?, y otras agudezas por estilo. ¿Qué te van a responder?, ¿qué te van a contestar cuando les preguntes si quieren el renacer del Al-Andalus? El propio director del estudio sociológico admite que el resultado del mismo “tiene unas garantías de fiabilidad razonables, aunque haya respuestas políticamente correctas”. Y se queda tan ancho.

Los moritos no serán precisamente académicos de la lengua española, pero eso no quiere decir que sean imbéciles. Desde luego mucho más imbéciles son estos que pretenden embaucarlos/nos con este repertorio de “preguntas trampa” tan ingenuas como estériles.

20 noviembre 2006

EL PODER NO LE HA CAMBIADO… Política

Fue una de sus máximas en el discurso de investidura. Aquel discurso que aún tantos recordamos. El ansia infinita de paz, el diálogo permanente, el talante, el amejoramiento de los más desfavorecidos, y ese epitafio solemne con el que narcotizó al auditorio: “[…] y el poder… no me va a cambiar”. Aplausos. Algunos sospechábamos que, efectivamente, el poder no le había cambiado, suponiendo que nuestro “Dalái del pensamiento melifluo” era igual de simple antes ahora. Simple, “sin composición” dice el DRAE en su primera acepción. “Sencillo, sin complicaciones ni dificultades”, dice en la tercera. “Manso, apacible e incauto”, añade la 6ª. Y “Mentecato, abobado”, concluye la 7ª. Tómese en cualquiera de estas acepciones. Todas le describen. Pero a lo que voy, ahora estamos seguros de que el poder no le ha cambiado.

Como sabemos, ZP y familia, “antes del poder”, veraneaba en suntuosos destinos (medinas, palacios, alcázares, mansiones, o cuando menos en resorts cinco-estrellas-granlujo-superior), avituallados prolijamente con un séquito numeroso, vigilancia permanente, y además durante un mes entero seguido (me refiero al descanso estival; el invernal, claro, se prolongaba durante parte del mes de diciembre y enero completo). Sonsoles (Sonsi -La- para los amigos), que ha sido siempre muy deportista, aficionada a la natación y al buceo (deporte sencillo, simple también, muy propio de un familia de clase alta-alta tirando a muy alta, y progresista, eso sí, como son los Rodríguez), gustaba de desplegar sus habilidades en piscina privada (pues nunca sabe uno con quién está compartiendo piscina…) aunque sin alharaca ni artificio (en un estilo muy propio de este estrato social: con clase de-toda-la-vida y una sencilla y elegante discreción natural). Unos 20 sirvientes/as se llevaban los Rodríguez al merecidísimo relajo canicular. Nada de volar en aviones de esos de low-cost, por favor, qué plebeyez, por Dios! A las chiquillas las solían acercar a Londres fletando un vuelo (privado, naturalmente) a poder ser de las FFAA españolas, que donde esté lo español, ¿verdad?, que se quite todo. Las crías se quedaban tan contentas en sus “English private courses”, y ZP y parienta aprovechaban a menudo para darse una vueltecita por Harrods (porque donde esté Harrods, que se quite El Corte Inglés, Galerías Preciados, Simago y “el LIDL”, vamos…). Si había que paralizar el espacio aéreo de Londres con tan fausto motivo, pues se paralizaba (al fin y al cabo… que se jodan los ingleses, ¿no?, qué coño; sobre todo teniendo en cuenta que Blair es un gilipollas integral –Bono dixit-).

Otra de las aficiones de Doña Sonsoles también ha sido siempre cantar. Ópera y cosas así. Ya se sabe que las clases altas (aunque sean progresistas…) abominan de otros géneros que no sean de estirpe dorada. Y siempre ópera mejor que zarzuela; no porque se le diera mejor a la señá de ZP, sino porque eso de la zarzuela es una cosa casposa, rancia y, lo que es peor, muy española. Qué horror. Como digo, Sonsoles ha viajado toda la vida con la troupe con la que canta a los rincones más recónditos del planeta, y como es natural, su familia siempre la ha apoyado, acompañado y, lo que es más importante, siempre la ha admirado. No es para menos. En fin, que los Rodríguez siempre han sido una familia con su propio estilo (y nivel) de vida, que no ha variado ni un ápice por el hecho de que el patriarca haya accedido al poder, como dice él. Al contrario. Siguen veraneando en el Patrimonio Nacional (antes Real). Siguen haciéndose seguir de una veintena de criados (siempre se te puede resistir la tapa de un yogur, o puede hacerte falta que alguien rasque con la escobilla del váter los restos orgánicos). Sonsoles sigue fiel a sus hobbies: suele nadar en la piscina de un regimiento de la Guardia Civil (privando a este Benemérito cuerpo de su disfrute; qué se jodan!...), y bucea bajo la implacable vigilancia de la única patrullera disponible que había en Fuerteventura (mira que si se la come un tiburón, o una ballena…, uhhh!, ohhh!). ZP, por su parte, viaja al extranjero para deleitarse con los cantos de su señá (este mismo año voló Berlín, a cargo de las FFAA españolas, como ha sido siempre tradición en él), o para ir juntitos de shopping por London, o para lo que haga falta.

Pero ahora, como uno no puede trabajar con desaprensivos, le acaban de dar un disgusto tremendo a la familia Rodríguez. El personal de limpieza de la Moncloa se ha puesto en huelga porque no están dispuestos ha hacer lo que no tienen estipulado hacer. Qué desagradecidos! Qué barbaridad, ¿pero se dan cuenta de lo que están haciendo? Si tienen un patrón socialista! Si él, lo único que pretende es mejorar a los más desfavorecidos (amén del ansia infinita de paz)! Dice la servidumbre monclovita que el Presidente les obliga a cuidarle a las niñas, lavarle el perro, traerle el café, plancharle las camisas. Se quejan también de que la Vice-Vogue tiene a su servicio exclusivo tres muchachas, tres, dedicadas a servirle el café, meterle la comida en el catre, y para ir a El Corte Inglés a hacerle la compra. Desde luego, qué falta de respeto y consideración. Pero ay amigo, ¿qué pasa?, que los amotinados son ¿deeeee? Síííííí, de CCOO! A-ca-bá-ra-mos. Tenía que ser Ariel! Los antiguos correligionarios de López Garrido, qué vergüenza.

Con lo simple y sencillo que es el hogar del socialismo real de ZP y su Vogue-gabinete. Qué lástima, las limpiadoras de Moncloa no se dan cuenta de lo que ya sabemos todos: que a ZP, el poder no le ha cambiado!

18 noviembre 2006

LO DICHO… Sociedad

Comenté aquí abajo el otro día la crisis en la que está sumida la educación en España (si no se leyó el artículo “Crisis docente” recomiendo que se haga antes de seguir con este otro). Y lo dicho… Los padres de los alumnos (en este caso representados en/por la CEAPA) se oponen a que se tutele a los enseñantes de la misma forma que a una “autoridad pública”. La verdad es que el argumentario de los padres es asombroso, por decirlo en fino. Dicen que “hay que diferenciar entre los episodios de violencia y acoso, por un lado, y entre los comportamientos disruptivos de indisciplina y falta de respeto por otro” (sic). Vamos a ver. Tanto la violencia escolar (sea contra el profesor, que es de lo que se está hablando, como contra otros alumnos) es inadmisible. Y lo mismo cabe decir de ese comportamiento disruptivo (que anda que no se las trae la palabrita…) y de la falta de indisciplina. Al maestro hay que respetarle como si fuera el “Sumo Pontífice de La Minerva” (aunque no sea muy minervo). Todo lo demás es darle a los chavales luz verde para disrumpir contra el profesor. En cambio los padres de las criaturas no creen “que estos episodios puedan afrontarse, en ningún caso, otorgando autoridad policial al profesorado”. Sin comentarios. Tendremos que darles la razón a los que culpan a los padres (o mejor dicho, “a la permisividad de los padres”) del fracaso escolar de sus hijos. De sus propios hijos!

No obstante, la CEAPA tiene sus propias propuestas para atajar este sindiós. La solución, dicen, pasa porque “las administraciones desarrollen políticas globales (¿?), que eviten situaciones de exclusión (¿?), si se fomenta la comunicación familia-escuela (¿?), si se mejora la formación del profesorado en resolución de conflictos (¿?) y se educa a los alumnos en la diversidad (¿?)”. Sí, sí, léase dos veces (por lo menos), la gente normal no entendemos este tipo de cosas así como así. Entre tanta “disrupción” y tanta “política global” uno no sabe a qué atender. Qué locura.

Vamos a ver… ¿Cuál es esa política global que evite que los mocetes sacudan al profe?, ¿la de no apoderar al profesor con la suficiente autoridad como para que los sinvergüenzas de los adolescentes se le suban a la chepa?, ¿la de mantenerle en el estatus que goza actualmente, es decir, la de mero “cuidador” o “vigilante”?

¿Qué es eso de tratar de evitar exclusiones?, ¿exclusiones de quién?, ¿del profesor?, ¿ese profesor al que la propia CEAPA margina de todo compromiso educacional al que tanto subestima?

¿Qué tipo de comunicación es esa que debe existir, según estos iluminados, entre familia y escuela?, ¿siendo los padres los que impongan su ley?, ¿sentenciando que el profesor ni debe tener el tratamiento de “autoridad” ni nada que se le parezca? Joder con los del diálogo. Otros…

¿Cómo se forma al profesorado en la resolución de conflictos?, ¿por medio de la psico-dominación de los alumnos?, ¿por medio de alguna especie de hipnotismo de sumisión? Es como pretender que Ángel Cristo domase a los tigres con “diálogo”, “buenas palabras” y, lo que es más importante, sin látigo!

Y ¿a qué viene eso de educar a los alumnos en la diversidad?, ¿quiere eso decir que hay que convencer a estos salvajes de que no deben apalizar al típico alumno feucho, un poco tonto, un tanto lerdo y con las orejas grandes? Los milagros a Lourdes, señores.

Lo dicho… Si una de las obligaciones de los padres es la de “educar a sus hijos y procurarles una formación integral” (artículo 154 Código Civil), no cabe duda de que a muchos habría que revocarles la patria potestad mañana mismo.

P.D. A algún lector audaz le habrá sorprendido la fotito con la que se ha ilustrado este artículo. La razón es más simple de lo que parece. Si uno busca en las “imágenes de Google” el término “CEAPA”, la primera de las que aparecen es precisamente esta. Sucede lo mismo que si uno teclea “ladrones”: los resultados remiten a la SGAE.

A la vista de esto, he considerado que el retrato de las cebollas describe magníficamente a los protagonistas del artículo: los padres (unos auténticos cebollones), y sus hijos (unos perfectos cebollinos). Toma niñooo...!

13 noviembre 2006

CRISIS DOCENTE. Sociedad

No sé hasta dónde tenemos que llegar para que alguien se tome en serio de la crisis que está viviendo la educación en España. Lo de ahora es el producto de la debacle de los últimos años, que ha generado una desconsideración hacia profesores y maestros, inimaginable hace 15 años. Pero hemos tenido que llegar a contemplar a los docentes frente a las Administraciones Públicas para padecer definitivamente un sentimiento doble hacia ellos: de perplejidad y de rabia. Perplejidad, porque, como digo, no podíamos imaginar que esto acabara así; y rabia, porque es intolerable que hayan tenido que manifestarse para que alguien evite que los alumnos les sacudan. El mundo al revés. En la época de nuestros padres, era el maestro el que ejercía su autorictas sobre los alumnos al amparo del aforismo “la letra con sangre entra”. Ahora es al revés: si no dejas que el alumno despliegue su albur, te casca.

Son varias las elucubraciones que se han hecho sobre el fenómeno de la violencia escolar. Llamativamente, uno de los argumentos que se repiten comúnmente en este sentido se refieren a la permisividad paterna. Es decir, todo se achaca a que son los padres los que toleran que sus hijos no le tengan respeto al profesor. Nada más erróneo. Supongamos que el delito asesinato dejase de sancionarse a partir de mañana, y supongamos que la gente, en tal tesitura, se pusiera a asesinar a diestro y siniestro. ¿De quién sería la culpa?, ¿de los padres de los asesinos por no haberles inculcado a sus hijos que no deben ir asesinando por ahí a la gente?, ¿de la policía, por no evitar el crimen? No. La culpa, en última instancia es de quien permite que no sea punible el asesinato, a saber: el legislador. Si no ¿por qué es delito el asesinato? Efectivamente, para que la gente no se mate la una a la otra. No hay más. En el caso de los profesores sucede lo mismo. Si no se sanciona la violencia escolar, si los agresores de un niño sólo reciben como castigo que el agredido sea trasladado a otro centro y a ellos les expulsen una semana; mientras esto sea así, la conducta que debería evitarse no hará otra cosa que reproducirse.

No entiendo, ni comparto, esa tesis de que los padres son los que deben “educar” al menor. Pero no porque no sea una obligación que les corresponde, sino porque es una ingenuidad creer que los niños llegan a la escuela educaditos. Si los padres no educan a sus hijos (cosa que, al parecer, no sucede, a tenor del diagnóstico de los analistas), es la escuela la que debe ocuparse de esta tarea. La distinción entre “educar” y “enseñar”, aunque cierta y conceptualmente fundada, es letra hoy muerta: ni los padres educan, ni (por lo visto) dejan que los profesores enseñen. ¿En qué quedamos? Si los padres han abdicado de sus responsabilidades educativas ¿por qué hay que consentir que impidan que los maestros eduquen a las criaturas? Es un contrasentido. Los hijos abandonados por sus padres son inmediatamente tutelados por las entidades públicas correspondientes. ¿Por qué no proceder de igual manera en el ámbito educativo? Es cierto que lo deseable es que la familia se haga cargo de la educación de los suyos, pero cuando esto no sucede ¿qué hacer? Encomendar a otros (en este caso a los profesores) el menester, más aún cuando, como ahora, hemos tenido que llegar al punto de que los niños hostien (con perdón) a los profesores.

Como ya he comentado en este mismo sitio, el eje sobre el que tiene que reconstruirse la educación y la enseñanza es el de la autoridad. Una vez comprobados con datos más que de sobra, cuáles han sido los resultados del progresismo educativo, la felicidad infantil y la educación rousseauniana, no queda más remedio que desacreditar definitivamente y por siempre la enseñanza comprensiva. En fin, no se trata tanto de los contenidos de la enseñanza como de las formas.

12 noviembre 2006

LA OTRA MEJILLA. Política

A la vista de los acontecimientos, nadie diría que los del Gobierno son tan ateos y tan sumamente anticlericales, porque el dogma de “la otra mejilla” lo cumplen con un escrúpulo digno de loa. Al tiempo que en el País Vasco se producen algaradas filo-terroristas a diario, al tiempo que las cabezas visibles de los terroristas exigen la contención judicial, y al tiempo que chulean (y seguirán chuleando) al Ejecutivo de ZP, éste ni se inmuta, como su sonrisa de mazapán (de mazapán de mayo: duro como un yunque). Mientras la ETA se dedica a robar armas en Francia, ZP pone la otra mejilla. Por cierto, tengo entendido que el telediario-NODO de “la uno” (que ya no “la primera”) aún abre sus sesiones con dudas sobre la autoría del hurto…

Mientras Otegui insiste en que “no aceptará condiciones de nadie”, el Gobierno persevera en lo mismo: ni condiciones, ni nada… Lo que una persona con un mínimo de cordura es incapaz de creer. Eso sí: “hay indicios más que suficientes de que el proceso tiene visos de prosperar”, dicen. De lo único que tiene pinta es que al “Gobierno del País de las Maravillas” le faltan mejillas para encajar las bofetadas que los energúmenos de Batasuna les propinan a diario. Ni las citas bíblicas cuando te cruzan la cara a diario. Qué dolor.

10 noviembre 2006

EXTREMA DERECHA E IZQUIERDA ABERTZALE. Política

El empeño que está poniendo últimamente el PSOE por estigmatizar (un poco más) al PP está llegando a la cima. La táctica es simple, consiste en repetir un lema o frase contra el adversario hasta hacer nido en el vocabulario del ciudadano. La feliz expresión (en este caso feliz adjetivo) es la de “extrema derecha” o “derecha extrema”, que aunque puedan tener un significado sutilmente distinto, en definitiva vienen a ser exactamente lo mismo. El PP es la “extrema derecha” o la “derecha extrema”. Es decir: lo peor de lo peor. No les tachan de fascistas o nazis no sé por qué, pero al tiempo… (porque en algunos páramos de nuestra España ya les apodan así hace tiempo). Cuando uno escucha esto se pregunta: ¿qué es la extrema derecha?, más que nada para comprobar si, a lo mejor, el PSOE está en lo cierto.

Sabemos perfectamente qué es la extrema derecha: una derecha situada en su punto radical, es decir, en su raíz pura. Y lo segundo que se pregunta uno (o debería preguntarse) es qué es la extrema izquierda, y dónde está. Análogamente a lo dicho para la derecha, la extrema izquierda sería aquella que mantiene todos sus postulados íntegros, también radicalmente. Así las cosas, francamente, creo que el PSOE para mucho más cerca del extremismo izquierdista que el PP del otro polo ideológico. La cuestión es que el lema de “extrema derecha” es el dicterio comodín de la izquierda hacia la derecha. Nadie de este lado de la política osa insultar a un izquierdista diciéndole “eres de extrema izquierda”, vamos. Suena como eso que nos echábamos en cara los chiquillos en el colegio de “mi tío es policía”. Una infantilada. En cambio llamarle al enemigo “extremista de derechas” no es pueril en absoluto. Al contrario.

Creo que debería ponerse de moda la expresión “extrema izquierda” para poder definir con tino a ciertos grupos ideológicos y a ciertas conductas políticas que apestan al comunismo más repugnante. De ahí que tengamos que preguntarnos de nuevo: ¿qué es la extrema izquierda y dónde está? Este tipo de izquierda está representada genuinamente por el Partido Comunista (integrado y amparado en la actual Izquierda Unida) y en Batasuna (la gente de ERC desde que han pisado alfombra ya no son lo que eran...). El hecho que estos sean unos delincuentes y aquellos no ejerzan ya de tales no supone nada. La violencia es una cuestión accesoria, lo importante es el credo. Así, una vez fijado el objeto de la “extrema izquierda” hay que comenzar a calificar sin descanso a estos grupos por dicho apelativo. Para ello deberíamos desterrar de una vez y para siempre el término “izquierda abertzale”, que no suena a nada y encima resulta halagador. Eso es lo peor. Haga usted la prueba: ¿qué le suena peor, eso de “extrema derecha” o aquello de “izquierda abertzale”? Sin duda alguna, lo primero. A fin de cuentas, de esta “izquierda” no se está predicando otra cosa que son “abertzales” (nacionalistas), lo cual no tiene componente negativo alguno (salvo que el nacionalismo sea español, ya que en tal caso equivale a ser de ultraderecha, claro). Pero los vascos, los catalanes y los gallegos tienen todo el derecho del mundo a ser nacionalistas. Faltaría. Por eso, decir que los chicos de Otegi son de izquierdas y, además, “abertzales”, no supone desdoro conceptual alguno. Al contrario. Ahora; la “extrema derecha”..., eso sí que no. La peste. El PP. La muerte.

Conclusión: mientras que la “izquierda abertzale” sigue siendo, como todas las ramas de la izquierda, una bendición de Dios, en cambio, la derecha lleva de suyo ser “extrema”, como si se tratara de su grupo sanguíneo. Por eso, mientras esto siga siendo así, el panorama seguirá el mismo: una gran escombrera intelectual.