21 diciembre 2006

CARAJOTISMO DIARRESCO. Medicina

El titular de esta Web y su dear friend han observado, diagnosticado y descrito una nueva enfermedad/síndrome: el Carajotismo diarresco. No, no tiene que ver nada con la descomposición intestinal o colitis, aunque sí con la descomposición cognitiva del paciente. Se han decidido publicar los resultados en esta página debido a la grave proliferación de la patología y la necesidad de que sea detenida en el plazo más breve posible. La ficha del trastorno es la siguiente.

Nombre: Carajotismo diarresco. Carajotismo, del término “caraja”, “estar con la caraja”, “estar carajote” o “estar acarajotao”.
Diarresco, del apellido del primer sujeto diagnosticado: Mahamadou Diarra (Mali, 1981- ), jugador del Real Madrid.

Naturaleza: Patología de naturaleza híbrida: enfermedad psico-cognitiva y síndrome. Como enfermedad, seguramente de carácter biologico y/o hereditario (extremo sin confirmar) que se agrava severamente cuando el paciente ficha por el Real Madrid. Como síndrome se caracteriza por constituir una afección fisonómica centrada principalmente en la cara (visible a simple vista) y las piernas (manifestada por una inconsistencia de estos miembros y que hace que el paciente se caiga al suelo inexpliablemente).

Síntomas: En su vertiente de enfermedad se observa en el paciente acarajotamiento generalizado, desorientación, torpeza, desinserción local, atontamiento, abobamiento, incapacidad para mover el balón, imposibilidad de dar un pase a un compañero desmarcado, tendencia a meter balones a larga distancia y a futbolistas del equipo contrario; pérdidas constantes del esférico, caída continua al césped sin motivo aparente, segadas a destiempo al contrario, ineptitud ofensiva, ineptitud defensiva, ineptitud general, y caraja generalizada.
En su faceta de síndrome, la patología descrita aparece representada en el rostro del sujeto a través de “boca abierta”, baba colgante, mirada circunspecta y semblante asustadizo.

Tratamiento: Sin tratamiento conocido, aunque con solución.

Solución: La misma que al ganado enfermo: el vendedor debe rembolsar el precio, y el comprador devolver el animal tarado. Mientras… paciencia, amigos, paciencia…

17 diciembre 2006

UN NUEVO LEMA CON SUSTANCIA. Política

El DSLBGCCA (“Departamento Socialista de Lemas, Bulos, Globos-sondas, Cortinasdehumo, Consignas y Agit-prop”) ha vuelto a parir. ¿Lema o consigna?, ¿bulo o bola? ¿Qué? Lema, lema. O slogan, no sé cómo lo llamarían los publicistas. Eso sí, un slogan para el populacho, pero una consigna para el adepto socialista. “Tiempo, temple y tenacidad”. Las tres “tes”, es como las han bautizado. Qué guay! Menos mal que tenemos slogan para vivir unos mesecitos. Otra memez como cualquier otra, engendrada por el citado órgano o comité (qué mal suena lo de comité, eh?).

Semánticamente, las tres “tes” son bien distintas de lo que fue (¿otrora?) esa otra imbecilidad del “duro, largo y difícil” (o Santísima Trinidad zapateril, como la denominó servidor aquí). Pero si uno observa estas dos tríadas agit-properas, observará un detalle elemental aunque interesante. Piense, piense… En efecto, mientras que la terna trinitaria (permítaseme el abuso etimológico) estaba compuesta por adjetivos, lo de “la tes trinitarias” es un slogan de sustantivos. Ahá…! ¿Y eso? Piense, piense…

Lo de duro, largo y difícil adjetivaba propiamente a eso del “proceso”. Pero ahora ya no se adjetiva nada. Deducción sintáctico-lógica: ¿es que acaso ya no hay nada que adjetivar? Eureka! Por lo visto, así es. ¿Es curioso, no? Ahora que el “proceso” (que ha sido como un embarazo psicológico) se ha esfumado (o por lo menos así lo podemos interpretar), no se trata de adjetivar nada sino de dejar sentado qué tres conceptos (consignas, mejor) tenemos que tener los progres en la mesilla de noche: tiempo (el despertador), temple (nadie puede dormir inquieto) y tenacidad (cuando no le encuentras la tecla a la parienta…).

Sólo una cosita: ¿Cuánto tiempo?, ¿cuánto de temple?, ¿cuánta tenacidad? Déjelo, ni usted ni yo podemos desentrañar esta tela de araña conceptual que nos ha colgado nuestro egregio Gobierno. Eso es para mentes privilegiadas, porque servidor no entiende nada. Y una de dos: o yo (pobre de mí) soy muy, pero que muy tonto, o el DSLBGCCA socialista está trufado de iluminados. Será ésto. Aunque entre tanta “te” se echa en falta una: Tontería!

14 diciembre 2006

LAS OTRAS FORMAS DE VIDA. Política

La señá Trujillo, la Ministra más ineficaz y desavisada del Gobierno (lo cual no es decir poco), cada vez que abre el pico hace que suba el pan. La última ha sido la de calificar a los okupas como una “forma alternativa de vida” (sic!). Estos Ministros que nos ha dado Dios (qué pecado habremos cometido, me pregunto) son unos filósofos que ríete tú de Kant y Ortega. “Formas alternativas de vida” dicen. Y uno se pregunta ¿cuáles son las formas típicas de vida y cuáles las alternativas? Gran pregunta, porque yo no conozco a ni siquiera a dos personas distintas que lleven “el mismo modo de vida”. Cada uno adopta alternativas a la de los otros, y éstos a la de aquellos. Sin embargo, parece que ser okupa (modo de vida que, por cierto, se está siendo tutelado con una locuacidad inquietante en los últimos tiempos; y lo que nos espera…) es una forma alternativa de vida, pero no respecto de “otras formas de vida” (las comunes, diríamos), sino respecto del resto. Ah, eso ya es otra cosa. Eso sí es cierto. Igual de cierto que cualquier otra forma de vida que en vez de respetar lo ajeno y de habitar en una casa con lo que se gana trabajando, se apropia de lo que no le pertenece (hurto/robo) so pretexto de que no estar dispuesto a pagar lo que cuesta.

En esta tesitura se encuentran los rateros, esos que roban carteras en las aglomeraciones del centro de la ciudad. Los trileros, esos otros que, en vez de ganar dinero trabajando como el común de los mortales (las “formas normales de vida”), se dedican a estafárselo a algún infeliz. Los asaltadores de chalets, cuyo modus vivendi no es otro que el allanamiento, la brutalidad, el asesinato y el desvalijo. O el de todos aquellos que, como los okupas, en vez de “vivir de una forma no alternativa” (o común), se dedican a aprovecharse de lo que no es suyo para parasitar la sociedad, bien entendido que la usurpación de inmuebles es una conducta sancionada penalmente (art. 245 C.p).

En mi época, aquel que incurría en un este tipo de actitudes tipificadas penalmente se llamaba delincuente. Ahora no. Ahora todo aquel que cumplimente cualquier delito tal y como lo describe el Código Penal, ya no es un delincuente ni nada por el estilo, sino “una persona que vive alternativamente”. Si el delito de usurpación es justo o no, es una cosa que no me corresponde juzgar a mí (aunque así lo creo, es decir, creo que su vigencia está perfectamente justificada), pero lo que no es admisible desde ningún punto de vista es que cuando nuestra progresía de balconcillo se quiere hacer la moderna (un poco más) se limite a decir lacónicamente que los okupas son “formas alternativas de vida”, porque si esto es así, supongo que la señá Trujillo no tendrá inconveniente en dejar que le okupen en ese despacho tan bonito y amplio que tiene… ¿no?

11 diciembre 2006

LIGAR CIENTÍFICAMENTE. Sociedad

Hay tesis interesantísimas en Internet sobre cómo ligar. Uno, que siempre ha sido bastante zote en estos menesteres, más por escepticismo y extrañeza que por otra cosa, de lo único que puede presumir es de haberse dejado seducir (sin poner obstáculo alguno, salvo contadísimas excepciones) por alguna que otra señorita. La cuestión es que la lectura de estas teorías me ha hecho reflexionar otra vez sobre el asunto y he decidido dejarlas aquí plasmadas mis conclusiones para el público en general.

A los 20 años teníamos varias hipótesis sobre el asunto, siempre desde un punto de vista estrictamente dogmático, claro, porque desde una perspectiva pragmática, la cuestión ni tenía ni tiene discusión alguna: si le gustas a la chica, le gustas, ya está, y punto. Pero como eso no se daba (ni se da) con demasiada frecuencia, discurrimos, cavilamos y al fin ideamos, una hipótesis que explicase y describiese “el fenómeno del ligue” entre hombres y mujeres.

Se trata de una hipótesis que se sirve de la Teoría Macroeconómica para encontrar respuesta a tal enigma, y que puede ser presentada, analíticamente, en los siguientes términos: “las probabilidades de ligar con una chica dependen del juego de la oferta/demanda; están motivadas por la ecuación inversión/rendimiento; y se alcanzan sobre los parámetros del precio/oportunidad”.

Esta sería, en general, la enunciación de la función fenoménica para “ligar con una chica”, que además respondería los aspectos funtamentales a considerar: 1) las probabilidades de éxito de la inversión, 2) los costes de ésta y 3) el momento pertinente para llevar a cabo la misma. Esta función económica queda enervada automáticamente por un hecho que he denominado “perspectiva dogmática”: si le gustas a la chica, ni procede la inversión (o es mínima), y el precio, en consecuencia, es cero, o insignificante. Aunque esto no tiene por qué suceder siempre. Al contrario, nuestra hipótesis parte de los casos en los que no concurre esta suerte. Pero expliquemos las ecuaciones y las funciones apuntadas.

1) Oferta/demanda. La relación (macroeconómica) que se da entre chicos y chicas es la de la oferta y la demanda. Es una función sencilla y parte de dos hechos incontrovertibles: las chicas están muy demandadas, lo que hace a su vez que la oferta (por su parte) sea escasa. En cambio, en los chicos, el fenómeno es el inverso: estamos ínfimamente demandados, y consecuentemente no nos queda otro remedio que ofertarnos. Nuestra oferta equivale a la demanda que padecen ellas, y la oferta que nos hacen es inversamente proporcional a la demanda que hacemos de ellas. De esta forma, y mientras la oferta y la demanda se mantengan así (ya que no tiene visos de cambiar sustancialmente) partimos de una hipótesis válida.
Debe tenerse en cuenta que esta función oferta/demanda se fundamenta en la Ley de los Vasos Comunicantes: la oferta y la demanda nunca son iguales, sino que la una crece en la medida que la otra decrece, y viceversa. En nuestro caso se comprueba esto fácilmente ya que la oferta que hacen las chicas (de sí mismas) es (casi)siempre exigua, mientras que, correlativamente, la demanda que hacemos los chicos (de ellas) es elevada. De ahí que nuestra tesis sostenga que “las probabilidades de ligar con una chica dependen del juego de la oferta/demanda”. O dicho de otra forma, mientras la función oferta/demanda siga como la acabamos de describir, la posibilidad de que un chico conquiste a una chica, aun siendo difícil o muy difícil, dependerá de los otros parámetros indicados: el precio, y el resultado de la función inversión/rendimiento.
Ahora bien, si la función oferta/demanda cambiase, y la oferta femenina se incrementase tanto como lo está actualmente la masculina, ésta caería hasta el suelo, es decir, las chicas se nos tirarían al cuello por la calle, con lo que no tendríamos que ofertarnos a nosotros mismos ni, consecuentemente, tendríamos que demandarlas a ellas como ahora. Lógico.

Esto es indiscutible, o por lo menos indiscutible en términos generales, porque ya imagino que todos conocemos un par de casos en los que el fenómeno es, o ha sido, justamente el inverso. Dos gotas en el océano.

2) Precio/oportunidad. Para que nadie/a se sintiera ofendida, quizás, más que de precio deberíamos hablar de coste. El coste, como su propio nombre indica, comprende la cantidad de esfuerzo (físico, psíquico y económico) que hay que satisfacer para que la chica acepte nuestra oferta. Si tardas dos minutos en ligártela, el coste será mínimo; pero si ella te exige un esfuerzo prolongado que se demore durante semanas, meses o incluso años, el coste será elevadísimo, o incluso impagable.

El chico, al elegir a la chica y preparar su inversión, debe (o debería) valorar en primer lugar el coste. Lo mismo que en cualquier otra inversión. De ello se derivan dos posibilidades lógicas: 1ª) que el coste sea bajo, o que por el contrario 2ª) el coste sea alto.
En el primer caso no se presentan problemas de enjundia: debe invertirse, es decir, pagar el coste; ya que, por pobre que sea el rendimiento que nos dé la moza, la inversión nunca será deficitaria. Por el contrario, cuando el coste es alto, el inversor puede tomar, a su vez, dos caminos: a) invertir, sin reparar ni en el coste ni, por consiguiente, en el rendimiento (aun cuando se arriesgue a que este último sea cero, o incluso inferior), o b) valorar la inversión en función del rendimiento (inversión/rendimiento). La primera de estas disyuntivas ni es aconsejable ni conveniente. Es lo mismo que querer comprarse una casa en Palm Beach cuando ganas 1000 € al mes, y pagas 600 de la hipoteca de tu casa, o sea: un suicidio, en el que no sólo se pierde el tiempo, sino lo que es peor, la dignidad y el decoro. En cambio, si el coste es alto pero viable puede ser conveniente invertir. Eso sí: siempre que se valore fríamente el rendimiento, como inmediatamente explicaré.

La “oportunidad”, por su parte, es una oferta esporádica, una rebaja, o un saldo, como se quiera. Es decir, la oportunidad sería la posibilidad de ligar con una chica a coste cero a causa de una oferta excepcional que la chica nos hace, sea accidental o premeditada. El caso sería más o menos el caso de la chica a la que le gustas. Ella te señala, te elige, se acerca hacia ti y te dice “me gustas mucho, ¿nos enrollamos?”. Esto es lo que llamamos una oportunidad (que no se puede dejar escapar), y que como digo, equivale a un coste cero, por lo que la inversión no existe (la que invierte es ella), y el precio tampoco: es un regalo.

Dice Baltasar Gracián: “No echa a la presa el buen cetrero más rapiña de la que ha menester para darle caça”.

3) Inversión/rendimiento. Es la ecuación esencial. La inversión debe valorarse en función del coste y del rendimiento previsible. Ahora bien, la valoración de la inversión no es para todos igual, ya que si bien el coste es igual para todos (cada cual en su caso), lo que varía es la rentabilidad. Es decir, mientras para algunos puede merecer la pena invertir 3 para obtener 4, para otros no es atractiva la inversión aun cuando les dieran 8, es decir, el doble. En tal caso, lo que debe hacerse es, o bien desestimar la inversión o bien buscar otra de menor coste, que es lo más interesante, bien entendido que se seguirá persiguiendo por lo menos el mismo rendimiento que en la primera. Por ejemplo, si no resulta interesante una inversión en la que el coste es 3 si se recibe 8, tampoco lo será aquella en el que la inversión sea de 2 y el rédito de 7; aunque sí lo sería la que exigiera un desembolso de 2 y rentase 8. Pero eso lo debe valorar cada uno. Generalmente el varón tiende a reducir costes, esto es, a conformarse con un rendimiento mínimo aunque suficiente (por ejemplo, invertir 3 y obtener un rendimiento de 3, en cuyo caso los costes se igualan al beneficio… pero tienes novia!).

Ha de advertirse que cuando hablamos del rendimiento, no nos estamos refiriendo a las labores o servicios que vamos a obtener de la chica, sino al resultado de la inversión. Es decir, cuando hablamos de rendimiento nos queremos referir a la valoración que hacemos de la inversión, o sea, hasta qué punto ha merecido la pena la inversión, valorada, digamos, del 1 al 10.

Epílogo

En esta teoría, cierta en sus razonamientos, pueden concurrir una serie de aspectos accesorios que no podemos valorar, ya que la casuística en inestimable. Pero podemos afirmar que es directamente aplicable al 80 (o más) de los casos. Ciencia, simplemente ciencia.

09 diciembre 2006

LOS MEJORES DISCOS DE 2006

Ya está disponible la selección de los mejores discos del año. Pincha en el link para ir a ellos.

08 diciembre 2006

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA ADULTA. Sociedad

No saben ustedes qué envidia me dan estos pobres críos que van a beneficiarse de la asignatura de las asignaturas: la “Educación para la ciudadanía”. Jo…, en mi época no había de esto. En la de mis padres sí, y tengo entendido que los socialistas, en cuanto pudieron abrir la boca impunemente, se cagaron hasta en la madre (en este caso el padre) que parió la “Formación del Espíritu Nacional”. Pero a lo que vamos: que aunque la asignatura tenga una pinta de asignatura seria, sólida, eficaz, aséptica, ética y formativa que tira de espaldas, el PSOE (que como digo ha acertado de pleno con ella, una vez más) se ha olvidado de un aspecto que no debería haberse desdeñado, a saber: ¿por qué no implantarla también para los adultos? Está bien que los niños aprendan (y aprehendan) los valores del socialismo (únicos-verdaderos), pero no lo está menos que algún adulto pudiera expiar sus pecados sociales con esta asignatura, ¿no? ¿Por qué no educar a algún ciudadano adulto de esos que aún es de "derechas", por ejemplo? Como decía aquel anuncio de champú: ¿si es bueno para mi bebé, por qué no va a ser bueno para mí? Claro, eso digo.

Yo quiero apuntarme a Educación para la Ciudadanía. Me presto voluntario. Quiero ser un ciudadano forjado (por segunda vez, a ver si lo consiguen esta vez) en la dogmática socialista (única-verdadera, insisto). Quiero que me metan en la cabeza qué es eso de ser un buen ciudadano. Qué es eso otro del “bien” y el “mal”, porque supongo que me enseñarán a distinguir lo bueno de lo malo; a los buenos de los malos, lo correcto de lo incorrecto, lo justo de lo injusto, lo moral de los inmoral, lo ético de lo abyecto, el altruismo del egoísmo, la solidaridad de la avaricia, la igualdad de la discriminación, riqueza de la pobreza, y los criterios de la distribución de la abundancia universal. Quiero saber también si todo lo que hago habitualmente es nocivo o inocuo, quiero que me den, no criterios, sino soluciones. Soluciones y dogmas sobre qué periódico debo leer, qué televisión ver y qué radio escuchar, ya que si la verdad y la moralidad la representan unos, lógicamente tendré que dejar de comprar los otros. Quiero saber qué tengo que pensar y decir para no ser discriminado socialmente, para no correr el riesgo de que me llamen facha, para adaptar mis pseudo-creencias a las del grupo social dominante (y oficial), porque no quiero estar fuera del rebaño. Quiero que me digan qué debo gritar, contra quién, cuándo y cómo, ya que si la justicia y la ética están de un lado (que siempre lo están: en el de la justicia y la ética), habré de despojarme de ciertos prejuicios y adherirme al bando de la justicia y la ética, chillando contra la injusticia en unos casos y callando solemnemente en otros. En fin, me gustaría dejar de votar al PP pero no tengo argumentos para hacerlo por mí mismo. Sí, estoy manipulado por DonFederico, El Mundo y Libertaddigital… Soy un monstruo y quiero convertirme en un ciudadano.

¡¡Quiero mi Educación para la ciudadanía!! Quiero ser progre!!!! Por favor...

07 diciembre 2006

LA HAMBURGUESA PROHIBIDA (o El tamaño sí importa). Política/sociedad.

Y eso que, según la Ministra del ramo, ella no puede prohibir que el Burger King deje de vender tan magnas hamburguesas, que si no… La cosa es que mientras la señá Salgado dejó en evidencia la magnitud calórica de la Whopper, los creativos publicitarios de la marca (en la que sólo espero que esté don Risto Mejide, oh sí) han optado (con buen criterio) por la huída hacia delante, o lo que es lo mismo, han empleado la táctica del niño consentido: cuanto más me riñes más lloro. Cómo me alegro. Pero me alegro por una cosa: porque la hamburguesería tiene todas las de ganar y, claro, el Ministerio, todas las de perder.

Una vez más, nuestro socialismo real pretende inmiscuirse hasta en el tuétano (y el lecho) del ciudadano (súbdito siempre, y subordinado a sus designios, por mor del socialismo universal). Si al Burger le prohíbes la Burger XXL king-size, inventan la Doble Whopper. Si prohíben ésta (que ya lo han hecho), los publicitarios de la casa sacan la Triple Whopper. Y si ésta, como es previsible, es también vetada por la señá Ministra, el King de los burgers lanzará la Triple Whopper XXXL king size extreme. Y si ésta, como también es de esperar, es atacada por sanidad, lo más probable es que podamos comernos una magnífica e hipercalórica Triple Whopper XXXL king size ultra-extreme summun ne va plus, o sea… Y así sucesivamente, hasta que el comando anti-Whopper acabe dándose cuenta de que si bien prohibir es fácil, prohibir con rigor y criterio es algo más complicado. Si estas magníficas y calóricas hamburguesas son tan letales como dicen, que las prohíban, pero que prohíban su tráfico, como prohibido está el tráfico de la droga y el de fármacos fuera de un recinto farmacéutico.

Si son tan nefastas, que las prohíban, pero que no sean tan cretinos de permitir que sigan en las sartenes de estos fast food bajo riesgo del destino fatal de sus clientes.

05 diciembre 2006

¿QUÉ SOY, PSOE? Política.

Nuestro socialismo real, como ya no sabe qué hacer para izquierdizarse cada día más, llega a unos parámetros que, bien pensados, pueden llegarle a poner a uno la piel de gallina. El parto de su última declaración urbi et orbe socialistorum resulta inquietante. “Constitución, laicidad y educación para ciudadanía” se titula este engendro ideológico y gramatical que pretende no sólo describir nuestra sociedad (ad urbi), sino además decirnos cómo somos lo que la habitamos (et orbe inclusive).

No creo que nadie me pueda rebatir que este socialismo real y subliminal (ZP dixit) que padecemos, siempre ha tenido una premisa para llevar a cabo sus objetivos (y/o fechorías): la de uniformar a la sociedad, aun a pesar de la misma sociedad, para homogenizar su ideario y alcanzar el fin. Lenin fue el que inauguró la expresión del “socialismo real”, que pasaba necesariamente por una sociedad ideal, basada en la igualdad, la justicia y el socialismo universal. El objetivo era claro y no se ahorraron medios (ni vidas) para llevarlo a cabo. El resultado lo conocemos todos, aunque algunos hayan grapado esas páginas en sus manuales de Historia (si es que los tienen). Nuestro socialismo también es real, es decir, prescinde de la realidad social para sobreponer su propia realidad (socialista/asocial) sobre aquella. El resultado, como no puede ser de otra manera, es un desaguisado dogmático salido, mucho me temo, de alguna logia no regular en la que los Hermanos socialistas han decidido volver a la acción social a la G.D.G.A.D.U (socialista, por su puesto).

Pero al margen de la filiación de “escuadra y compás”, la verdad es que este documento, sólo puede ser calificado de reaccionario (de la parte del socialismo real, claro), mezquino, anticatólico (porque, junto con las morcillas que se refieren al Islam, el panfleto está dirigido a la mendaz Iglesia Católica; de todas formas no sé cómo quieren Aliarse con las Civilizaciones criticando la verdad revelada del Profeta, pero en fin…), e incluso inconstitucional (que no “anticonstitucional”, como dice ahora mucho neófito en la materia). Inconstitucional, porque el art.16 de la (aún) vigente Carta Magma prescribe que “Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Ahora resulta que la sociedad española es laica, cuando (nos guste o no, nos sorprenda o no) los españoles siguen siendo católicos (aunque sólo cuando les convenga). El PSOE se pasa el mandato constitucional por donde el Coloso de Rodas se pasaba los barcos. Todo sea para educar a la ciudadanía.

Uno de los crasos errores que cometió el Gobierno de la segunda República (a la que tanto apela nuestro socialismo real) fue el de ignorar la realidad católica de la España de los años ´30. Y la Historia se repite hoy: la sociedad es lo que nuestro Gobierno republicano cívico (¿?) nos dice a sus súbditos que somos o como debemos ser. Porque no se olvide que el socialismo, como digo, emplea como medio de socialización la homogenización del hombre masa (que diría Ortega). El socialismo real no puede aceptar que la sociedad sea distinta de cómo aquel la quiere o la necesita. El socialismo necesita peones que sirvan a sus objetivos colectivos, de ahí que si hay que decirle al ciudadano que no es lo que es, o que es inmoral ser lo que es, pues se le dice. Así, una vez colectivizada la conciencia social en aras de ese supraproyecto colectivo, el socialismo puede poner los pies sobre la mesa y empezar a mandar(nos).

Cuánta gratitud le debemos a nuestro socialismo real. Sin él, no sé qué seríamos. Acaso una conciencia vacía, o sea, una no-conciencia. En cambio, una vez concienciados por el Padre Social (por el G.A.D.U) de lo que somos y de lo que debemos hacer y pensar (a saber: ser ateos, anticlericales, socialistas, laicos y modernos), el socialismo nos ha convertido en verdaderos ciudadanos. En ciudadanos socialistas! En ciudadanos modernos! En progres(-sistas), en ciudadanos libres, por fin!

Así que loemos todos: “Oh, socialismo. Qué es lo que debo pensar? Oh, socialismo, qué es aquello que debo hacer? Oh, qué hacer, cómo actuar? Oh, socialismo. Dime, qué es lo que soy; oh, PSOE, tú, oh Gran Arquitecto del Universo, Gran Conciencia Social, qué soy?

28 noviembre 2006

EL VIDEO Y DON TANCREDO. Política

Una vez más, el PSOE ha sabido acertar en el momento y en la forma de contraatacar al PP. Esta vez mediante un vídeo de esos que se están poniendo tan de moda y que, no se olvide, ideó el órgano del agit prop socialista tiempo ha con el famoso doberman y el regreso del Opus Dei, que gritaba Guerra. Es ahora, en el momento en el que la viabilidad del “proceso” se halla en la fosa séptica de la esperanza, cuando los el background de Ferraz ha decidido publicar un reportaje sobre la maldad pretérita de Aznar. Pretérita aunque con idea de hacerse presente y de desprestigiar al adversario antes que ennoblecerse por méritos propios. Y en efecto, el video deja en evidencia a Aznar, sobre todo, y presenta una serie de testimonios, la mayoría torticeramente manipulados, para poder sostener que, aun cuando el dichoso “proceso” está resultando como un Alka-seltzser recién arrojado en un vaso de agua, Aznar fue peor.

Hay que reconocer que el video es efectista y, lo que es mejor, eficaz. Mucho me temo. Pero sólo eso. Mal que Aznar dijera eso de “movimiento vasco de liberación”, mal que Miguel Ángel Rodríguez (que, digo yo, a qué lo tendrán que traer a este ahora a la verbena) dijera que “no debe haber ni vencedores ni vencidos” (el cual ya se ha defendido con no sé qué milonga) y mal que algún otro se regocijase en su momento con la hipotética posibilidad de la “pazzz”. Pero nada de malo tiene que el Gobierno de Aznar trasladase a presos etarras a las cárceles de la península, siempre que la táctica penitenciaria a la sazón lo autorizase. Tampoco creo que haya inconveniente en reconocer que el anterior Gobierno tantease, efectivamente, la posibilidad de una solución dialogada al problema terrorista: es la mitad de la mitad lo que está haciendo el Gobierno del PSOE. Sí, porque no es lo mismo tantear el negocio que negociar. Lo explica la Teoría General del Negocio Jurídico. El tanteo, o trato preliminar, se limita a sondear la disponibilidad a negociar. En cambio, negociar es un do ut des.

La gran diferencia, la diferencia esencial, entre lo que llevó a cabo Aznar y lo que esta intentando ZP con todo su ahínco es que mientras aquel primero abandonó la mesa de tanteo ante las pretensiones de su contraparte negocial (autodeterminación, Navarra, excarcelaciones, etc), el actual Gobierno lo único que sabe es qué quiere (la pazzz), pero no sabe ni cómo ni está en condiciones de decidir qué está dispuesto a hacer para conseguirla. Esa es la gran, y esencial, diferencia: el uno tenía meridianamente clara su postura (al margen de que acercara presos a la península), pero este otro está consintiendo que la ETA y sus tentáculos sigan desplegando su credenciales día tras día por las calles del País Vasco, está tolerando que le chuleen a la cara con unas pretensiones extralegales y, en fin, está provocando que, ante tanta zozobra, el ciudadano se irrite ante la inerme pasividad de nuestro Don Tancredo particular.

25 noviembre 2006

LIBERALES, TOLERANTES Y OCCIDENTALIZADOS. Sociedad

Así son los moritos y los paquis de España. Tranquilidad. Sí, ya sé que el título es impactante y que hay que leerse la noticia entera antes de que te dé un patatús de incredulidad. La pega es que, una vez que se ha leído la encuesta que concluye que los musulmanes son fetén, te da el patatús, pero no de incredulidad, sino de risa. Cuidado con la risa, que hay leyendas urbanas que aseguran que uno se murió de eso, lo mismo que el que asfixió con un gargajo (propio, supongo). Ahora bien, si uno sabe de antemano que la encuesta viene del Ministerio del Interior, la cosa cesa de ser dramática inmediatamente. No, no lo digo hiperbólicamente. En serio, si te echas a la cara esta encuesta confiando en que es medianamente fiable te da un pasmo.

Pues sí, resulta que los hijos de Alá y los españoles son “comunidades indistinguibles”, según el director del sondeo. No sé si reírme o tirarme un pedo (que diría Torrente). Pero vamos, yo, como miembro de la “ciudadanía influenciable”, me lo creo sin pestañear. Vamos! Me quedan algunas dudas, pero prácticamente insignificantes, poca cosa. Por ejemplo, qué significa eso de que son “liberales” (porque liberal, aparte de que no es lo mismo que liberalista, admite varias acepciones). ¿Que tienen propensión a la libertad individual de la mujer?, por poner el caso; ¿que no les importa que la parienta salga con las amigas a tomarse unos cacharros los sábados?, ¿o que son aficionados a los “clubes liberales” en los que te enrollas, tú y tu señá, con alguno que tenga ganas de montar un trio/terna en el dark room? No sé… Rubalcaba sabrá. Las mismas objeciones me presenta lo de “tolerantes” y lo de “occidentalizados”.

Las preguntas de si el morito “se encuentra a gusto en España” o si “es practicante” son, según entiendo, irrelevantes a estos efectos. Absolutamente irrelevantes. Vamos, son las típicas preguntas que los sociólogos denominan para “entrar en calor” (warming up questions) o “para dar encerar o dar jabón”, que me gusta más. Luego llegan las buenas. ¿Hasta que punto le inspiran confianza cada una de estas instituciones?, les han preguntado. El Rey, a tope (un 7´2 de 10), las ONG´s (un 6´8), etc. Y ¿los Estados Unidos?, les pregunta Rubalcaba. Ayyyyyyyyy, qué malvaaadoooo. Qué raro que Rub Al-Kaaba formule este tipo de preguntas. Dicen los moros que confían un 2´4 en los USA. Y digo yo, ¿por qué no les pregunta a esta gente tan occidental y tan cool qué confianza tienen en Bin Laden? Francamente, me interesa bastante más saber qué piensan los paquis del líder de Al Qaeda que lo que opinan del Gobierno de Bush, porque ya lo sé. Pero eso no hubiera estado bien, claro. En nuestro socialismo real, la “política corrección” es uno de los dogmas de cabecera, y eso de preguntarle al Diablo por el tridente esta muy mal visto. Si yo lo entiendo. El único inconveniente es que si no se lo preguntas te salen encuestas como esta; pero qué le vamos a hacer.

A la pregunta de si la religión islámica es compatible con la democracia y los derechos humanos, el 84% de “los chicos del Corán” (como dice Andy Chango) responden afirmativamente. No sabría decir qué se supone que los moritos entienden por “derechos humanos”, supongo que se refieren a la libertad de la mujer, la libertad de culto de los infieles, la libertad de pensar, de hacer, de comer y todo eso. Pero la pregunta que no tiene desperdicio es esa que dice “si la violencia es una forma inaceptable de defender o difundir las creencias religiosas”. A esta cuestión, ya de por sí capciosamente formulada, los encuestados no debían responder “sí” o “no”, sino “muy o bastante de acuerdo”, “poco o nada de acuerdo”, etc. Hasta un español tendría que reformularse la preguntita un par de veces para responder en función de las respuestas ofrecidas, así que no digamos el esfuerzo que habrán tenido que hacer los musulmanes consultados. De ahí que otro 85% de los sondeados responda que “la violencia es inaceptable”. Supongo que el concepto de “guerra santa” (uno de los deberes esenciales de todo mahometano, no lo olvidemos) será algo así como la batalla del vino de Haro o la tomatina de Buñol, pero con dátiles. Esta batería de preguntas rubalcabescas me recuerdan a eso que te preguntan cuando aterrizas en Estados Unidos: ¿pertenece usted a alguna organización terrorista?, ¿tiene usted la intención de atentar contra el Presidente de la nación?, y otras agudezas por estilo. ¿Qué te van a responder?, ¿qué te van a contestar cuando les preguntes si quieren el renacer del Al-Andalus? El propio director del estudio sociológico admite que el resultado del mismo “tiene unas garantías de fiabilidad razonables, aunque haya respuestas políticamente correctas”. Y se queda tan ancho.

Los moritos no serán precisamente académicos de la lengua española, pero eso no quiere decir que sean imbéciles. Desde luego mucho más imbéciles son estos que pretenden embaucarlos/nos con este repertorio de “preguntas trampa” tan ingenuas como estériles.

20 noviembre 2006

EL PODER NO LE HA CAMBIADO… Política

Fue una de sus máximas en el discurso de investidura. Aquel discurso que aún tantos recordamos. El ansia infinita de paz, el diálogo permanente, el talante, el amejoramiento de los más desfavorecidos, y ese epitafio solemne con el que narcotizó al auditorio: “[…] y el poder… no me va a cambiar”. Aplausos. Algunos sospechábamos que, efectivamente, el poder no le había cambiado, suponiendo que nuestro “Dalái del pensamiento melifluo” era igual de simple antes ahora. Simple, “sin composición” dice el DRAE en su primera acepción. “Sencillo, sin complicaciones ni dificultades”, dice en la tercera. “Manso, apacible e incauto”, añade la 6ª. Y “Mentecato, abobado”, concluye la 7ª. Tómese en cualquiera de estas acepciones. Todas le describen. Pero a lo que voy, ahora estamos seguros de que el poder no le ha cambiado.

Como sabemos, ZP y familia, “antes del poder”, veraneaba en suntuosos destinos (medinas, palacios, alcázares, mansiones, o cuando menos en resorts cinco-estrellas-granlujo-superior), avituallados prolijamente con un séquito numeroso, vigilancia permanente, y además durante un mes entero seguido (me refiero al descanso estival; el invernal, claro, se prolongaba durante parte del mes de diciembre y enero completo). Sonsoles (Sonsi -La- para los amigos), que ha sido siempre muy deportista, aficionada a la natación y al buceo (deporte sencillo, simple también, muy propio de un familia de clase alta-alta tirando a muy alta, y progresista, eso sí, como son los Rodríguez), gustaba de desplegar sus habilidades en piscina privada (pues nunca sabe uno con quién está compartiendo piscina…) aunque sin alharaca ni artificio (en un estilo muy propio de este estrato social: con clase de-toda-la-vida y una sencilla y elegante discreción natural). Unos 20 sirvientes/as se llevaban los Rodríguez al merecidísimo relajo canicular. Nada de volar en aviones de esos de low-cost, por favor, qué plebeyez, por Dios! A las chiquillas las solían acercar a Londres fletando un vuelo (privado, naturalmente) a poder ser de las FFAA españolas, que donde esté lo español, ¿verdad?, que se quite todo. Las crías se quedaban tan contentas en sus “English private courses”, y ZP y parienta aprovechaban a menudo para darse una vueltecita por Harrods (porque donde esté Harrods, que se quite El Corte Inglés, Galerías Preciados, Simago y “el LIDL”, vamos…). Si había que paralizar el espacio aéreo de Londres con tan fausto motivo, pues se paralizaba (al fin y al cabo… que se jodan los ingleses, ¿no?, qué coño; sobre todo teniendo en cuenta que Blair es un gilipollas integral –Bono dixit-).

Otra de las aficiones de Doña Sonsoles también ha sido siempre cantar. Ópera y cosas así. Ya se sabe que las clases altas (aunque sean progresistas…) abominan de otros géneros que no sean de estirpe dorada. Y siempre ópera mejor que zarzuela; no porque se le diera mejor a la señá de ZP, sino porque eso de la zarzuela es una cosa casposa, rancia y, lo que es peor, muy española. Qué horror. Como digo, Sonsoles ha viajado toda la vida con la troupe con la que canta a los rincones más recónditos del planeta, y como es natural, su familia siempre la ha apoyado, acompañado y, lo que es más importante, siempre la ha admirado. No es para menos. En fin, que los Rodríguez siempre han sido una familia con su propio estilo (y nivel) de vida, que no ha variado ni un ápice por el hecho de que el patriarca haya accedido al poder, como dice él. Al contrario. Siguen veraneando en el Patrimonio Nacional (antes Real). Siguen haciéndose seguir de una veintena de criados (siempre se te puede resistir la tapa de un yogur, o puede hacerte falta que alguien rasque con la escobilla del váter los restos orgánicos). Sonsoles sigue fiel a sus hobbies: suele nadar en la piscina de un regimiento de la Guardia Civil (privando a este Benemérito cuerpo de su disfrute; qué se jodan!...), y bucea bajo la implacable vigilancia de la única patrullera disponible que había en Fuerteventura (mira que si se la come un tiburón, o una ballena…, uhhh!, ohhh!). ZP, por su parte, viaja al extranjero para deleitarse con los cantos de su señá (este mismo año voló Berlín, a cargo de las FFAA españolas, como ha sido siempre tradición en él), o para ir juntitos de shopping por London, o para lo que haga falta.

Pero ahora, como uno no puede trabajar con desaprensivos, le acaban de dar un disgusto tremendo a la familia Rodríguez. El personal de limpieza de la Moncloa se ha puesto en huelga porque no están dispuestos ha hacer lo que no tienen estipulado hacer. Qué desagradecidos! Qué barbaridad, ¿pero se dan cuenta de lo que están haciendo? Si tienen un patrón socialista! Si él, lo único que pretende es mejorar a los más desfavorecidos (amén del ansia infinita de paz)! Dice la servidumbre monclovita que el Presidente les obliga a cuidarle a las niñas, lavarle el perro, traerle el café, plancharle las camisas. Se quejan también de que la Vice-Vogue tiene a su servicio exclusivo tres muchachas, tres, dedicadas a servirle el café, meterle la comida en el catre, y para ir a El Corte Inglés a hacerle la compra. Desde luego, qué falta de respeto y consideración. Pero ay amigo, ¿qué pasa?, que los amotinados son ¿deeeee? Síííííí, de CCOO! A-ca-bá-ra-mos. Tenía que ser Ariel! Los antiguos correligionarios de López Garrido, qué vergüenza.

Con lo simple y sencillo que es el hogar del socialismo real de ZP y su Vogue-gabinete. Qué lástima, las limpiadoras de Moncloa no se dan cuenta de lo que ya sabemos todos: que a ZP, el poder no le ha cambiado!

18 noviembre 2006

LO DICHO… Sociedad

Comenté aquí abajo el otro día la crisis en la que está sumida la educación en España (si no se leyó el artículo “Crisis docente” recomiendo que se haga antes de seguir con este otro). Y lo dicho… Los padres de los alumnos (en este caso representados en/por la CEAPA) se oponen a que se tutele a los enseñantes de la misma forma que a una “autoridad pública”. La verdad es que el argumentario de los padres es asombroso, por decirlo en fino. Dicen que “hay que diferenciar entre los episodios de violencia y acoso, por un lado, y entre los comportamientos disruptivos de indisciplina y falta de respeto por otro” (sic). Vamos a ver. Tanto la violencia escolar (sea contra el profesor, que es de lo que se está hablando, como contra otros alumnos) es inadmisible. Y lo mismo cabe decir de ese comportamiento disruptivo (que anda que no se las trae la palabrita…) y de la falta de indisciplina. Al maestro hay que respetarle como si fuera el “Sumo Pontífice de La Minerva” (aunque no sea muy minervo). Todo lo demás es darle a los chavales luz verde para disrumpir contra el profesor. En cambio los padres de las criaturas no creen “que estos episodios puedan afrontarse, en ningún caso, otorgando autoridad policial al profesorado”. Sin comentarios. Tendremos que darles la razón a los que culpan a los padres (o mejor dicho, “a la permisividad de los padres”) del fracaso escolar de sus hijos. De sus propios hijos!

No obstante, la CEAPA tiene sus propias propuestas para atajar este sindiós. La solución, dicen, pasa porque “las administraciones desarrollen políticas globales (¿?), que eviten situaciones de exclusión (¿?), si se fomenta la comunicación familia-escuela (¿?), si se mejora la formación del profesorado en resolución de conflictos (¿?) y se educa a los alumnos en la diversidad (¿?)”. Sí, sí, léase dos veces (por lo menos), la gente normal no entendemos este tipo de cosas así como así. Entre tanta “disrupción” y tanta “política global” uno no sabe a qué atender. Qué locura.

Vamos a ver… ¿Cuál es esa política global que evite que los mocetes sacudan al profe?, ¿la de no apoderar al profesor con la suficiente autoridad como para que los sinvergüenzas de los adolescentes se le suban a la chepa?, ¿la de mantenerle en el estatus que goza actualmente, es decir, la de mero “cuidador” o “vigilante”?

¿Qué es eso de tratar de evitar exclusiones?, ¿exclusiones de quién?, ¿del profesor?, ¿ese profesor al que la propia CEAPA margina de todo compromiso educacional al que tanto subestima?

¿Qué tipo de comunicación es esa que debe existir, según estos iluminados, entre familia y escuela?, ¿siendo los padres los que impongan su ley?, ¿sentenciando que el profesor ni debe tener el tratamiento de “autoridad” ni nada que se le parezca? Joder con los del diálogo. Otros…

¿Cómo se forma al profesorado en la resolución de conflictos?, ¿por medio de la psico-dominación de los alumnos?, ¿por medio de alguna especie de hipnotismo de sumisión? Es como pretender que Ángel Cristo domase a los tigres con “diálogo”, “buenas palabras” y, lo que es más importante, sin látigo!

Y ¿a qué viene eso de educar a los alumnos en la diversidad?, ¿quiere eso decir que hay que convencer a estos salvajes de que no deben apalizar al típico alumno feucho, un poco tonto, un tanto lerdo y con las orejas grandes? Los milagros a Lourdes, señores.

Lo dicho… Si una de las obligaciones de los padres es la de “educar a sus hijos y procurarles una formación integral” (artículo 154 Código Civil), no cabe duda de que a muchos habría que revocarles la patria potestad mañana mismo.

P.D. A algún lector audaz le habrá sorprendido la fotito con la que se ha ilustrado este artículo. La razón es más simple de lo que parece. Si uno busca en las “imágenes de Google” el término “CEAPA”, la primera de las que aparecen es precisamente esta. Sucede lo mismo que si uno teclea “ladrones”: los resultados remiten a la SGAE.

A la vista de esto, he considerado que el retrato de las cebollas describe magníficamente a los protagonistas del artículo: los padres (unos auténticos cebollones), y sus hijos (unos perfectos cebollinos). Toma niñooo...!

13 noviembre 2006

CRISIS DOCENTE. Sociedad

No sé hasta dónde tenemos que llegar para que alguien se tome en serio de la crisis que está viviendo la educación en España. Lo de ahora es el producto de la debacle de los últimos años, que ha generado una desconsideración hacia profesores y maestros, inimaginable hace 15 años. Pero hemos tenido que llegar a contemplar a los docentes frente a las Administraciones Públicas para padecer definitivamente un sentimiento doble hacia ellos: de perplejidad y de rabia. Perplejidad, porque, como digo, no podíamos imaginar que esto acabara así; y rabia, porque es intolerable que hayan tenido que manifestarse para que alguien evite que los alumnos les sacudan. El mundo al revés. En la época de nuestros padres, era el maestro el que ejercía su autorictas sobre los alumnos al amparo del aforismo “la letra con sangre entra”. Ahora es al revés: si no dejas que el alumno despliegue su albur, te casca.

Son varias las elucubraciones que se han hecho sobre el fenómeno de la violencia escolar. Llamativamente, uno de los argumentos que se repiten comúnmente en este sentido se refieren a la permisividad paterna. Es decir, todo se achaca a que son los padres los que toleran que sus hijos no le tengan respeto al profesor. Nada más erróneo. Supongamos que el delito asesinato dejase de sancionarse a partir de mañana, y supongamos que la gente, en tal tesitura, se pusiera a asesinar a diestro y siniestro. ¿De quién sería la culpa?, ¿de los padres de los asesinos por no haberles inculcado a sus hijos que no deben ir asesinando por ahí a la gente?, ¿de la policía, por no evitar el crimen? No. La culpa, en última instancia es de quien permite que no sea punible el asesinato, a saber: el legislador. Si no ¿por qué es delito el asesinato? Efectivamente, para que la gente no se mate la una a la otra. No hay más. En el caso de los profesores sucede lo mismo. Si no se sanciona la violencia escolar, si los agresores de un niño sólo reciben como castigo que el agredido sea trasladado a otro centro y a ellos les expulsen una semana; mientras esto sea así, la conducta que debería evitarse no hará otra cosa que reproducirse.

No entiendo, ni comparto, esa tesis de que los padres son los que deben “educar” al menor. Pero no porque no sea una obligación que les corresponde, sino porque es una ingenuidad creer que los niños llegan a la escuela educaditos. Si los padres no educan a sus hijos (cosa que, al parecer, no sucede, a tenor del diagnóstico de los analistas), es la escuela la que debe ocuparse de esta tarea. La distinción entre “educar” y “enseñar”, aunque cierta y conceptualmente fundada, es letra hoy muerta: ni los padres educan, ni (por lo visto) dejan que los profesores enseñen. ¿En qué quedamos? Si los padres han abdicado de sus responsabilidades educativas ¿por qué hay que consentir que impidan que los maestros eduquen a las criaturas? Es un contrasentido. Los hijos abandonados por sus padres son inmediatamente tutelados por las entidades públicas correspondientes. ¿Por qué no proceder de igual manera en el ámbito educativo? Es cierto que lo deseable es que la familia se haga cargo de la educación de los suyos, pero cuando esto no sucede ¿qué hacer? Encomendar a otros (en este caso a los profesores) el menester, más aún cuando, como ahora, hemos tenido que llegar al punto de que los niños hostien (con perdón) a los profesores.

Como ya he comentado en este mismo sitio, el eje sobre el que tiene que reconstruirse la educación y la enseñanza es el de la autoridad. Una vez comprobados con datos más que de sobra, cuáles han sido los resultados del progresismo educativo, la felicidad infantil y la educación rousseauniana, no queda más remedio que desacreditar definitivamente y por siempre la enseñanza comprensiva. En fin, no se trata tanto de los contenidos de la enseñanza como de las formas.

12 noviembre 2006

LA OTRA MEJILLA. Política

A la vista de los acontecimientos, nadie diría que los del Gobierno son tan ateos y tan sumamente anticlericales, porque el dogma de “la otra mejilla” lo cumplen con un escrúpulo digno de loa. Al tiempo que en el País Vasco se producen algaradas filo-terroristas a diario, al tiempo que las cabezas visibles de los terroristas exigen la contención judicial, y al tiempo que chulean (y seguirán chuleando) al Ejecutivo de ZP, éste ni se inmuta, como su sonrisa de mazapán (de mazapán de mayo: duro como un yunque). Mientras la ETA se dedica a robar armas en Francia, ZP pone la otra mejilla. Por cierto, tengo entendido que el telediario-NODO de “la uno” (que ya no “la primera”) aún abre sus sesiones con dudas sobre la autoría del hurto…

Mientras Otegui insiste en que “no aceptará condiciones de nadie”, el Gobierno persevera en lo mismo: ni condiciones, ni nada… Lo que una persona con un mínimo de cordura es incapaz de creer. Eso sí: “hay indicios más que suficientes de que el proceso tiene visos de prosperar”, dicen. De lo único que tiene pinta es que al “Gobierno del País de las Maravillas” le faltan mejillas para encajar las bofetadas que los energúmenos de Batasuna les propinan a diario. Ni las citas bíblicas cuando te cruzan la cara a diario. Qué dolor.

10 noviembre 2006

EXTREMA DERECHA E IZQUIERDA ABERTZALE. Política

El empeño que está poniendo últimamente el PSOE por estigmatizar (un poco más) al PP está llegando a la cima. La táctica es simple, consiste en repetir un lema o frase contra el adversario hasta hacer nido en el vocabulario del ciudadano. La feliz expresión (en este caso feliz adjetivo) es la de “extrema derecha” o “derecha extrema”, que aunque puedan tener un significado sutilmente distinto, en definitiva vienen a ser exactamente lo mismo. El PP es la “extrema derecha” o la “derecha extrema”. Es decir: lo peor de lo peor. No les tachan de fascistas o nazis no sé por qué, pero al tiempo… (porque en algunos páramos de nuestra España ya les apodan así hace tiempo). Cuando uno escucha esto se pregunta: ¿qué es la extrema derecha?, más que nada para comprobar si, a lo mejor, el PSOE está en lo cierto.

Sabemos perfectamente qué es la extrema derecha: una derecha situada en su punto radical, es decir, en su raíz pura. Y lo segundo que se pregunta uno (o debería preguntarse) es qué es la extrema izquierda, y dónde está. Análogamente a lo dicho para la derecha, la extrema izquierda sería aquella que mantiene todos sus postulados íntegros, también radicalmente. Así las cosas, francamente, creo que el PSOE para mucho más cerca del extremismo izquierdista que el PP del otro polo ideológico. La cuestión es que el lema de “extrema derecha” es el dicterio comodín de la izquierda hacia la derecha. Nadie de este lado de la política osa insultar a un izquierdista diciéndole “eres de extrema izquierda”, vamos. Suena como eso que nos echábamos en cara los chiquillos en el colegio de “mi tío es policía”. Una infantilada. En cambio llamarle al enemigo “extremista de derechas” no es pueril en absoluto. Al contrario.

Creo que debería ponerse de moda la expresión “extrema izquierda” para poder definir con tino a ciertos grupos ideológicos y a ciertas conductas políticas que apestan al comunismo más repugnante. De ahí que tengamos que preguntarnos de nuevo: ¿qué es la extrema izquierda y dónde está? Este tipo de izquierda está representada genuinamente por el Partido Comunista (integrado y amparado en la actual Izquierda Unida) y en Batasuna (la gente de ERC desde que han pisado alfombra ya no son lo que eran...). El hecho que estos sean unos delincuentes y aquellos no ejerzan ya de tales no supone nada. La violencia es una cuestión accesoria, lo importante es el credo. Así, una vez fijado el objeto de la “extrema izquierda” hay que comenzar a calificar sin descanso a estos grupos por dicho apelativo. Para ello deberíamos desterrar de una vez y para siempre el término “izquierda abertzale”, que no suena a nada y encima resulta halagador. Eso es lo peor. Haga usted la prueba: ¿qué le suena peor, eso de “extrema derecha” o aquello de “izquierda abertzale”? Sin duda alguna, lo primero. A fin de cuentas, de esta “izquierda” no se está predicando otra cosa que son “abertzales” (nacionalistas), lo cual no tiene componente negativo alguno (salvo que el nacionalismo sea español, ya que en tal caso equivale a ser de ultraderecha, claro). Pero los vascos, los catalanes y los gallegos tienen todo el derecho del mundo a ser nacionalistas. Faltaría. Por eso, decir que los chicos de Otegi son de izquierdas y, además, “abertzales”, no supone desdoro conceptual alguno. Al contrario. Ahora; la “extrema derecha”..., eso sí que no. La peste. El PP. La muerte.

Conclusión: mientras que la “izquierda abertzale” sigue siendo, como todas las ramas de la izquierda, una bendición de Dios, en cambio, la derecha lleva de suyo ser “extrema”, como si se tratara de su grupo sanguíneo. Por eso, mientras esto siga siendo así, el panorama seguirá el mismo: una gran escombrera intelectual.

29 octubre 2006

PRODUCTOS SIN SALIDA. Sociedad

He de decir que me gusta Operación Triunfo. Los melómanos nos excitamos con casi cualquier cosa que tenga un poco de ritmo, música y armonía. Y una parte de Operación Triunfo tiene eso: mocetes y mocetas, cantando, o dando el cante, con mejor o peor fortuna. Pero, al fin, algo entretenido. Felicidad y abundancia, vamos. La otra, la cara del negocio, es una cosa muy distinta. El negocio de Operación Triunfo no está tanto en que la gente vea el programa, sino en encontrar talentos que vendan discos, o lo que sea… Se buscan “bisbales”, en una palabra.

He seguido puntualmente los casting y, definitivamente, entre lo que se puede ver, siempre hay alguna chiguita marchosa en edad merecedera. Algún chiguito majetón y wapo (como escriben ahora los críos los SMS). Y, al final ¿qué?: un puñado de indocumentados que ni una cosa ni la otra. Decepcionante. Aquí no hay verdaderos talentos, y aunque los haya, no se van a comer un rosco. No es por agorero, pero la experiencia de los años anteriores me avala. Por eso, creo con pleno convencimiento, que los responsables del casting de OT la han jiñao un año más.

La clave está en la expresión: “producto con salida”, que también tengo que reconocer me entusiasma. “Productos con salida”. Eso es lo que se busca. Es decir, productos que cuando salgan de esta academia catódica tengan salida, o sea, que los compre alguien. Los productores de Operación Triunfo son dueños de un negocio. El negocio consiste en buscar, no sublimes cantantes, sino “productos vendibles”. Productos con salida. ¿Cómo conseguir esto? Fácil: eligiendo bien (a) los productos. Tratando de marginar criterios puramente humanos y lacrimógenos, aunque siempre se cuele el típico “gordito/a” que tiene muy buena voz y cae bien…, bla-bla-bla. Productos sin salida. Las niñas de 12 a 18 años (target exclusivo del producto) no empapelan sus alcobas con estampitas de aquellos que “les caen bien”, sino con los que les ponen, qué coño. Idem para los niños, aunque estos suelen ser más sofisticados en la elección del soporte en el que gozar (y regodearse) con la visión de la chica deseada: la red, y el mundo de las fotos trucadas. En definitiva: los directores de casting de OT son absolutamente nefastos! No tienen “productos con salida” y con eso no pueden hacer nada. El público está deseando comprar, pero alguien le tiene que ofrecer algo con lo que empapelar sus sueños.

27 octubre 2006

LA IDENTIDAD HIPERTROFIADA. Sociedad.

No sabría decir quién ha sido más sectaria en este país, desde, digamos, la Guerra Civil, si la izquierda o la derecha. Supongo que habrá muchos matices y no creo que sea una medición sencilla, desde luego. Alguien con bastante autoridad ha escrito que el sectarismo español se derivaba del altísimo analfabetismo y de ser España un país controlado de antiguo por la Iglesia (refiriéndose a los años 30 del siglo pasado, claro está). A mi modo de ver, el sectarismo político que por desgracia hoy padecemos tiene varias causas. El de los propios políticos (y no pocos periodistas, por cierto) se debe a que, por decirlo pronto y bien, hablan más con el estómago que con el cerebro, y así no es de extrañar que digan lo que dicen. El de los votantes, el de la gente espectadora de la política, sin embargo, me parece más complejo.

Muchas personas necesitan incluirse en un grupo, identificarse con algo, como si no pudieran orientarse en la vida sin eso. Uno dice “yo soy anarquista”, o uno dice “yo soy de izquierdas”, y parece que se queda más tranquilo. En el fondo, se trataría una vez más del fetiche de la Identidad. Y uno puede entender que todos tengamos la necesidad de trazar ciertas líneas que seguir en el mundo para orientarnos un poco. El problema es cuando, como creo que ocurre ahora en España, la Identidad se hipertrofia. Por dos motivos. El primero, porque deriva en onfaloscopia, que significa ni más ni menos que contemplación del ombligo. Y la onfaloscopia daña gravemente la percepción no sólo de uno mismo, sino también de los otros y del mundo en general. El segundo, porque la identidad hipertrofiada pide a gritos un Otro al que odiar, precisamente para seguir hipertrofiándose (para la derecha, ese otro es la izquierda, para la izquierda, ese otro es la derecha, para los nacionalistas vascos, es España, para los nazis, eran los judíos, para Cuba es Estados Unidos y para Estados Unidos es Cuba, en fin, sobran los ejemplos).

Y el odio, claro está, lleva a donde lleva. Desde luego, coadyuva también al sectarismo lo que Kant denominaba la “minoría de edad”, al referirse a aquellos que siendo ya adultos se conforman con las explicaciones que reciben sin atreverse a pensar por sí mismos. Y también cierto pánico muy español a no hacer lo mismo que todo quisqui, a no pensar lo mismo que todo quisqui, lo cual, por cierto, no deja de ser bastante infantil también. No obstante, por lo que se refiere al sectarismo de los que no son políticos, me parece que estos dos últimos elementos no son tan decisivos como el primero. Ahora bien, ¿de dónde vendría esa hipertrofia de la Identidad? Seguramente la clave está en una palabra que ha salido antes: la gente es espectadora de la política. Es decir, la gente siente que no tiene ninguna o muy poca capacidad de decisión en los asuntos públicos o políticos, y justamente la hipertrofia identitaria vendría a aliviar un poco esa sensación. Sería, por así decir, un nuevo opio del pueblo.

Por Gabriel C.

26 octubre 2006

IDEOLOGÍA Y COHERENCIA. Política

Sólo los huérfanos intelectuales tienen una ideología. Ideología entendida como un bloque único, como un “ideo-pack”, una especie de fortaleza ideológica en la que nada sale y nada entra, salvo las consignas del respectivo grupo de influencia (partido, secta, logia, etc). La “ideología” es eso de “yo jamás votaré a…” (generalmente al PP), para que nos entendamos. Es decir, la ideología es una especie de secuestro intelectual llevado a cabo por el sujeto paciente en su propia casa. Delirante y penoso. Pero como diría aquel: “con eso se ahorra tener que pensar”. Esa es la clave. Pensar cuesta y más si descubres algo que no te gusta.

Hay otro tipo de personas (no sé si aún peor) que dicen tener una ideología (como si ello supusiera virtud alguna) pero la abandonan como esas cuentas de correo electrónico que nos hacemos todos en algún momento para eludir nuestra identidad y que pasados un par de meses ya no recordamos ni el nombre ni la contraseña. A Javier Arenas le pasa esto. Un hombre de principios, con una ideología, y tal. De pena. Tras poner a caldo (con toda la razón del mundo) la denominación “nacional” del Estatuto de Cataluña, y después de decir, literalmente, que “la única realidad nacional que conoce es la de España”, va, y vota el Estatuto de Andalucía aderezado con el término “realidad nacional” dentro, eso sí, de la nación española (sic!).

Si bien las ideologías no exigen ni rigor ni coherencia interna, los hechos y las palabras sí. Traicionar a aquellas o éstas es traicionarse a sí mismo. Es estar cautivo en tu propia casa, jugando al escondite contigo mismo.

25 octubre 2006

La maestra le pregunta al alumno: - A ver, Manolito, ¿cuál es la Santísima Trinidad?
- Ehhhh,.... "Largo, Duro y Difícil".

14 octubre 2006

BONO: EL ÚLTIMO TRUCO SOCIALISTA. Política

Es indecente, no ya las escaramuzas de distracción que emplea constantemente el Gobierno para embolar a la gente, sino la ineptitud con la que los medios de información y, por ende, el típico ciudadano acrítico responde a ello. Me refiero al caso Bono. Que ni es un caso, ni Bono aparece, al fin, por ningún lado. Eso sí, periódicos, editoriales, radios y el populacho en general platicando día y noche del asunto. Qué barbaridad, con qué gana agarra la gente estos sonajeros que le pone en la mano el socialismo real (único verdadero, no me canso de repetirlo).

Reflexione usted un poco: ¿a quién coño le importa quién va a ser el candidato a la alcaldía de Madrid? A mí no. Porque no le puedo votar, y aunque lo pudiera hacer, el sujeto/a no tendría mi papeleta. Y al votante socialista tampoco, porque le va a votar aunque le presenten al mismísimo Barrabás. Qué más da. Lo que les pongan lo van a votar igual. Por tanto, insisto ¿a quién coño le importa quién va a ser el candidato? A nadie. El “caso Bono” que, como digo, no alcanza a tal, no es ni siquiera una noticia, sino una anécdota. Pero mientras, páginas y más páginas para el asunto. Que si en el PSOE están descoordinados, que si Bono es un cínico… Me da igual. Si están descoordinados, peor para ellos. Si va Bono, ídem. Si deja de ir, lo mismo da.

El agit-prop socialista (inconmensurable arte que dominan cual titular de la patente) es algo admirable, de verdad. Envidio profundamente el sistema de propaganda socialista. Me maravilla. Lo digo completamente en serio. Me maravilla! Unas mentes perversas (requisito vital) dedicadas en exclusiva a colocar sutilmente parapetos informativos para sustituir la sustancia por la mísera estopa. La cuestión, la de Bono, digo, no es en absoluto baladí. Le sirve al Gobierno para dejar en un melifluo barbecho informativo cuestiones de ínfima importancia, como la negociación con la ETA, la inmigración, la aprobación de los presupuestos para el año que viene (con el insignificante asunto de la superfinanciación catalana), la marginación violenta del PP en Cataluña, etc. Temas menores. Temas que el Gobierno, como sabemos, tiene perfectamente controlados… Pero no por tener soluciones para ellos, sino por el implacable efectismo de su sistema propagandístico. Qué maravilla!

05 octubre 2006

PACTAR CON FIERAS. Política

Imagínese a usted mismo en la sabana, en la selva o donde quiera que habiten fieras a granel. Usted está cercado por fieras hambrientas que quieren zampárselo sin guarnición ni aliño. ¿Qué haría usted? Evidentemente tirar de rifle o de cualquier otro medio de defensa con el que cuente. Obvio. ¿A que no se le pasaría por la imaginación intentar apaciguar a las fieras o confiar en que, saciadas en un momento determinado, pudieran dejarle escapar con vida? No, claro. Usted no es un mentecato. Con las fieras hay que aplicar la misma fuerza que ellas pretenden ejercer sobre uno. Este sería el razonamiento más ordenado de un hombre acosado.

La posibilidad de confiar en las fieras es una opción perfectamente lícita pero si de salvar la vida se trata, lo mejor es descartarla. De la misma manera, esperar pacientemente a que las fieras que le rodean se aburran de usted es una esperanza que tampoco debe desdeñarse, pero resulta, asimismo, un tanto idílica. De modo que la solución de la fuerza es la más ajustada a las circunstancias del caso.

Ahora imagine usted que vive no en la selva, sino en una Comunidad Autónoma en la que unos salvajes le coaccionan; matan, extorsionan y secuestran periódicamente. ¿Qué haría? En tal caso, habría que partir de un esquema semejante al anterior: o intentar apaciguar a los salvajes, o esperar a que se aburran o directamente plantarles cara con las mismas armas que ellos violentan su libertad a diario. Esta última posibilidad es la que se ha venido empleando hasta la fecha con mayor o menor éxito. Esperar a que se aburran no parece que sea una solución válida cuando durante más de 40 años no han decaído en su empeño. Y ¿qué hay de la solución paccionada? Como en el caso de las fieras selváticas, el pacto es una posibilidad pero sin duda es la última de las soluciones racionales. Primero, porque las fieras no atienden a razones. Si atendieran no serían fieras, serían personas. Y segundo, porque además corre usted un riesgo significativo: perder las otras soluciones o entrar en un “juego salvaje”.

Pues bien, parece que "a alguien se le ha ocurrido algo para intentar pactar con otro para conseguir algo", que diría Gila. Es decir, se ha planteado el pacto con las fieras. Pero este pacto es antinatural de por sí. Antinatural porque une a interlocutores de distinta especie: por un lado a demócratas (en el sentido amplio de la palabra...), y por otro a fieras, es decir, a seres cuya única fórmula de acción ha sido el salvajismo. ¿Usted cuando va al zoo, habla con los monos o con los tigres? Supongo que no, aunque nunca sabe uno. Lo mismo sucede con el “diálogo bestial”. No es un diálogo, es una bestialidad. Ni siquiera cuando las fieras están ya amaestradas es posible un diálogo con ellas. Porque siguen siendo fieras, amaestradas pero fieras. Las personas en cambio hablan (o lo intentan), don del que carecen las bestias.

En cualquier caso, y al margen de esta consideración natural, existen varias razones tanto a favor como en contra para la “negociación bestial”. La razón a favor de la negociación es el ser el camino más corto para salir del atolladero. Imagínese de nuevo usted en la selva rodeado de fieras. Si tuviera a mano una buena cantidad de comida, no dudaría en arrojársela. Es más, en el dilema de supervivencia, cualquiera arrojaría a los leones a otra persona que compartiera rama en el mismo árbol para así salvar el pellejo propio. Evidentemente. Pero como digo, todo ello representaría la solución recta, en sentido puramente geométrico, es decir, la más fácil. Ni la más justa ni la más conveniente. Simplemente una solución simple y rápida, aunque no demasiado limpia. El que esté de acuerdo con esta hipótesis de salvación, que los hay, puede defenderla, aunque yo no le voy a prestar mi ayuda para ello, del mismo modo que él no me la prestaría a mí para defender la tesis que me parece más adecuada.

Los inconvenientes de la negociación con las fieras, por contra, son más abundantes. No me querría extender, por lo que seré sintético. Ya he adelantado que cualquier negocio con las fieras es antinatural. El negocio con diablo es nulo de pleno derecho. Supone plegarse a la táctica del horror que ha regido la vida de las bestias. Implica además reconocer la violencia, la bestialidad, como una forma de hacer política. Se requiere echar de comer a las fieras a gusto de éstas, lo que es, sin entrar en mayores, excesivo y costosísimo, tanto social como políticamente.

Pondérense estos argumentos y decídase, pero decídase con brío. Todo lo demás es un “negocio bestial”.

28 septiembre 2006

A PROPÓSITO DE LA SUCESIÓN REAL

Carta abierta a Luís Ignacio Parada y Benigno Pendás.

Hubo revuelo a raíz del nacimiento de la pequeña Leonor, y ya se hicieron no pocas conjeturas sobre la futura sucesión regia. Parece, sin embargo, que no quedó claro nada, y hemos vuelto a las andadas con el anuncio del nacimiento del próximo retoño de los Príncipes de Asturias. Lo más llamativo del asunto es el error en el que siguen incurriendo catedráticos, cronistas, periodistas y algún que otro “experto” en casas reales. El confusionismo sigue siendo mayúsculo. En concreto, el día 26 de septiembre, ABC traía sendos artículos de dos de sus firmas de cabecera, Luís Ignacio Parada y Benigno Pendás, en los que ambos padecieron ciertos errores o, cuando menos, ciertas inexactitudes que me llamaron poderosamente la atención, sobre todo por venir de quien vienen. El caso del primero de ellos me resultó particularmente chocante si tenemos en cuenta el rigor al que nos tiene acostumbrados. Ciencia, Medicina, Historia, Derecho, etc. A diario solemos disfrutar con una estimulante lección por parte del autor de “La burbuja” sobre cualquiera de estas materias. Por eso me extrañó tanto hallarle algún gazapo. El título de su columna rezaba “¿Y qué ocurre si nace un niño?”.

Observa bien Parada cuando dice que la regla de la preferencia del hombre sobre la mujer en la sucesión real que contiene el art.57 de la Constitución es contraria al tenor del art.14 de la misma. Pero pasa por alto que se trata de una de esas reglas especialísimas que encontramos de cuando en cuando en nuestro Ordenamiento y que, aun con ser una norma “contra legem”, es preferente a la del art.14, aunque sólo sea para el caso concreto. Por lo menos así ha sido considerada hasta la fecha a pesar de su claro carácter discriminador. Se trataría de una aparente antinomia ubicada como lex especialis respecto al citado art.14. La sucesión mortis causa de los títulos nobiliarios, como apunta Benigno Pendás, también está sometida a un régimen claramente discriminatorio que, por cierto, ha sido avalado por el mismísimo Tribunal Constitucional. Pero vayamos al tema.

Asegura Luís Ignacio Parada que “si esperamos a que los Príncipes tengan un segundo hijo y es varón, la reforma sería muy complicada porque se perjudicarían los derechos actuales de ese niño […]”. Sin embargo, esto no es cierto. Si naciera un niño, por el simple hecho de su nacimiento no adquiriría derecho sucesorio alguno. Es más, ni Leonor, ni siquiera el mismísimo Príncipe ostentan actualmente derecho alguno a la sucesión de la Corona de Don Juan Carlos.

Siento, por otro lado, disgustar al profesor Pendás cuando, en su artículo “Sucesión: claridad y prudencia”, trata de evitar que el debate pase por la distinción dogmática entre “derechos adquiridos” y “derechos expectantes”, pero con ello, dicho autor (supongo que involuntariamente) desdeña de una de las claves del asunto. En primer lugar, no debemos olvidar que “Los derechos a la sucesión de una persona se transmiten desde el momento de su muerte”, dice el art.657 de nuestro Código Civil. La sucesión real, como sabemos, puede llevarse a efecto por dos vías: inter vivos (mediante la abdicación) o mortis causa, es decir, una vez que el Jefe del Estado fallezca. Dejando a un lado la primera de estas posibilidades (ya que Su Majestad podría abdicar en la persona que tuviera a bien), creo que todos estamos pensando en la hipótesis de una sucesión por muerte. Por eso se trata de determinar: a) El orden de la sucesión mortis causa, eliminado la discriminación existente entre varón y mujer, y b) la técnica legislativa que debe emplearse para llevar a cabo dicha equiparación a un futuro llamamiento sucesorio cuando todos sean del mismo grado (por ejemplo, hermanos). Cuestión esta última sobre la que se han barajado las soluciones más pintorescas.

¿Por qué digo que ni siquiera el Príncipe Felipe posee actualmente derecho alguno a la sucesión de la Corona? Porque, como acabamos de comprobar, hasta que no se produzca el hecho determinante de la sucesión (la muerte de la persona que transmite el derecho), no se abre la sucesión. Una vez que se abra la sucesión de Don Juan Carlos (suponiendo, repito, que no haya abdicado ya previamente, que sería lo más normal) habría que determinar cuáles de los herederos llamados viven y, de entre ellos, cuáles tienen capacidad para sucederle, tras lo cual habría que señalar del orden de prelación de los mismos. Hasta que todo esto no se produzca no se puede hablar de que el Don Felipe sea el heredero de la Corona, aunque Pendás “en puro rigor” admita que en tanto Don Felipe no suceda tendrá una “simple expectativa” (su cita a Don Federico de Castro certifica ese “rigor”). La única persona a la que Constitución atribuye derechos directos es a Don Juan Carlos (art.57, cuando dice que es “el legítimo heredero de la dinastía histórica”, pero no se dice nada de Don Felipe, pues la referencia que se le hace en el apartado segundo de ese mismo artículo se concreta exclusivamente a su tratamiento honorífico y protocolario). Por eso, insisto, el Príncipe no ostenta actualmente derecho alguno a la sucesión de su padre. Habría que esperar a lo que ocurriera en el momento de la apertura de la sucesión.

Para cerciorarnos de esto pensemos por un momento en varias posibilidades perfectamente factibles (que deseamos no tengan pronto lugar, pero que a nadie se le escapa que son perfectamente verosímiles). Piénsese que al fallecimiento del actual Rey, el Príncipe Felipe no estuviese en situación de poder suceder por incapacidad, por imposibilidad o, sencillamente, porque hubiera muerto previamente. En tal caso, la sucesión de Don Juan Carlos se produciría en la Infanta Elena, por ser, dentro del mismo grado que el Príncipe, la de mayor edad. Y a partir de ella, la Corona pasaría a sus descendientes: Froilán, Victoria, etc. Como vemos, el Príncipe, una vez hubiera muerto, no trasmitiría a sus hijos ese “supuesto derecho de heredar a su padre” que todo el mundo le atribuye. No lo transmitiría porque no lo tiene.

Creo que el error de considerar a Don Felipe como heredero (supuestamente único) al trono proviene de una interpretación literal y torpe del art.57.2 CE cuando habla de “El Príncipe heredero…”. Que la Constitución se exprese en estos términos no quiere decir en modo alguno que el “Príncipe heredero” sea el único heredero de nuestra Monarquía. La Constitución, redactada en consideración a la regla de la preferencia del hombre sobre la mujer, se refiere al “Príncipe heredero” porque de los tres hijos que los Reyes tenían (y siguen teniendo) en aquel momento, sólo uno de ellos se anteponía a los demás, por las reglas del art.57: el primogénito varón, o sea, Don Felipe. Lo cual no significa que éste sea el único heredero al trono, sino sólo el preferente, ya que si falta él, la sucesión se deferiría hacia Doña Elena.

Por tanto, en cuanto a la pregunta de ¿qué ocurre si nace un niño? La respuesta es clara: nada. Nada grave, para no ser tan tajante. Hasta en tanto no se abra la sucesión de Don Juan Carlos, nadie puede estar seguro de su derecho a heredar la Corona. Por todo ello, modificar la Constitución ahora para situar en pie de igualdad a los hermanos tendría un serio inconveniente: la situación de las Infantas. En efecto, si mañana se cambiara el texto constitucional suprimiendo la frase “será preferido… el varón a la mujer”, inmediatamente estarían por delante de Don Felipe sus dos hermanas. Todo ello, naturalmente, si los tres concurrieran a la apertura de la sucesión en igualdad de condiciones (físicas y psíquicas). Ese sería un grave inconveniente. ¿O no? Este aspecto se ha olvidado con frecuencia precisamente por no cuestionar que el heredero, el supuesto “único” heredero, es Don Felipe. Pero ya hemos visto que no es así. En cambio, dice Pendás que “habría que cerrar cualquier debate ficticio sobre la prioridad de Don Felipe”, cosa en la que no puedo coincidir si establecemos una equiparación entre hombre y mujer hic et nunc. Sería de una técnica legislativa deplorable que se dijera “los hijos del Rey le sucederán sin distinción ni preferencia de sexo, salvo las Infantas Elena y Cristina, que no serán reinas jamás salvo que la muerte de su hermano lo remedie”. No habría forma de articular semejante engendro. Por eso, estoy convencido de que la reforma constitucional sólo tendría sentido una vez que el Príncipe de Asturias fuera Rey, si se quisiera que su estirpe fuera la que sucediera en el futuro, claro.

La teoría de los “derechos adquiridos” es una de las cuestiones que más encharcan este asunto. No hay “derecho adquirido” alguno. Pondré un ejemplo para que se entienda mejor. La legislación civil común concede unos derechos legitimarios a los parientes del difunto. Si mañana se suprimieran estos derechos (cosa por la que aboga buena parte de la doctrina notarial) yo no podría reclamar que se me resarciera con una cantidad igual a la que, con esta medida, habría dejado de percibir el día que fuera llamado a una sucesión mortis causa en la que hubiera sido otrora legitimario. Es absurdo. Los derechos de defieren en el momento en que la ley lo permite o lo ordena, nunca antes.

Por otro lado, tampoco es del todo exacta la afirmación de Benigno Pendás cuando dice que “la sucesión es una materia de derecho público que debe tratarse con criterios muy diferentes al Derecho Civil aplicable a los ciudadanos comunes”. Efectivamente, la sucesión real es una cuestión de Derecho Público, pero no por eso deja de estar articulada por criterios distintos de los puramente civiles. La misma Constitución apela a la “representación”, las “líneas” y los “grados”. Cierto que además emplea el criterio de la “primogenitura” (como prevé al art.31 del Código Civil), pero todo ello (de ahí su especialidad) está motivado por una sola circunstancia, a saber: tratarse de una sucesión uti singuli, en la exclusiva medida en que la Corona sólo puede recaer en una única persona, siendo imposible que los herederos se la tuvieran que “repartir”, como sucede con la sucesión mortis causa común.

En cualquier caso, coincido con Parada y Pendás en que la modificación requiere una reforma de la Constitución, y no una mera Ley Orgánica, a pesar de que algún constitucionalista haya estimado viable este instrumento normativo. El art.57.5 dispone que “…cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverá por una Ley Orgánica”, pero no se trata de despejar duda alguna, sino de cambiar el texto de la Carta Magna, mediante la supresión de uno de sus incisos. De la misma forma, y en esto también estoy de acuerdo con los articulistas de ABC, esta reforma debería coincidir con unas elecciones legislativas, para eludir cualquier controversia monográfica sobre la institución monárquica, ya que sólo podría perjudicarla. Eso sí, no creo que debiera mezclarse con otras reformas “en paquete”, porque se correría el serio riesgo de que aquellas otras (quizá más delicadas que la de una mera equiparación de sexos) pudieran colarse de soslayo con consecuencias imprevisibles.

22 septiembre 2006

ALIANZA DE RELIGIONES. Política

Aunque todos traten de poner ahora la tirita sobre la hemorragia (incluido ZP), no queda más remedio que admitir que el Papa metió la zarpa hasta el garganchón. Que sí. Nada de interpretaciones a posteriori propias de la perspicacia de Pepiño Blanco. Otra cosa es que los musulmanes sean una sociedad religiosa especialmente sensible en lo que toca a sus temas de culto, pero las cosas son así y hay que preverlas para no tener que lamentar luego.

La solución de nuestro queridísimo presidente a todo este cisco ya sabemos que pasa por una supuesta alianza de civilizaciones. Idea nada original, pero que parece haber tenido suficiente eco en los mentideros progresistas. Tal alianza sólo tiene una insignificante pega: que las civilizaciones llamadas a aliarse deben civilizarse a sí mismas previamente. O mejor, que tienen que adecuar su mentalidad al primer mundo, al mundo occidental. No tengo inconveniente alguno en que el Islam quiera (o pretenda) seguir viviendo en el medievo. Me da igual. Ahora bien, que nadie pretenda que una cultura con mil años de retardo tenga posibilidad alguna de aliarse con la del siglo XXI. No es este el sitio para loar las bondades de nuestra civilización pero lo cierto es que es a la que hemos llegado. Nada o casi nada puede ir ya hacia atrás. Qué progre soy, coñe!

Descartada, intelectual y prácticamente, la alianza de civilizaciones, sólo queda, creo, una opción nada baladí. La alianza de religiones. ¿Por qué propongo esto y rechazo aquello? La razón es simple. La alianza de civilizaciones exige, como hemos visto, que las civilizaciones compartan un mínimo aliable, cosa que no sucede. En cambio, si se tratase de lograr un diálogo entre religiones la cosa sería distinta. El Islam y la Iglesia Católica, por poner sólo dos de los casos en liza, están (con ciertos matices) tan lejos de nuestro tiempo la una como la otra. Son sistemas fósiles, creencias seculares, credos momificados. Dignas de todo el respeto, pero igual de vetustas, cerradas y arcaicas. Sólo entre ellas puede llegarse a un entendimiento de mínimos, o sea, de respeto mutuo. Si añadimos a esto que los países islámicos suelen ser Estados teocráticos, podemos esperar, con cierta cautela, que el encuentro de las grandes religiones pueda repercutir sobre esos Estados, y éstos, a su vez, en sus relaciones con los otros.

Sé que esto es más bien difícil, y también sé que el traslado de este diálogo a los respectivos territorios del Islam es aún más complicado. Pero si no se hace nada en este único sentido, puede que tengamos que padecer las secuelas de este choque de civilizaciones durante mucho tiempo.

20 septiembre 2006

HACIA UN PARTIDO ÚNICO. Política

Ser seguidor del PP se ha convertido en los dos últimos años en actividad de riesgo. Ya lo era en el País Vasco y Cataluña desde hace mucho, pero ahora la epidemia se ha extendido a toda España. O quizá sea mejor decir “al resto de España”. Después de contemplar la puesta en escena del rechazo a las iniciativas del PP sobre la verdad del 11-M no creo que nadie lo niegue un minuto más. Hoy ha sido esto, mañana será lo otro y ayer fue lo que ya sabemos. Lo importante es marginar al PP "como sea". La imagen es desoladora cuando uno mira esa rueda de prensa “a 7 bandas” en la que aparece el PSOE junto a “los ilustres”: CC, IU, ERC, PNV, NB y el PSC (se entiende que como partido distinto y separado, claro). Qué cuadrilla.

Estos apaños bastardos entre los citados grupos parlamentarios tienen, en el fondo, un objetivo común: la eliminación del PP. Poseedora, como es, la izquierda, de la verdad, la moralidad, la solidaridad y todo esos principios tan almibarados, es lógico que habitualmente se permitan el lujo de sacarle las vergüenzas al PP, “la extrema derecha”, como dicen ellos, para machacar al ciudadano con el lema “PP=extrema derecha”. A pesar de ser una táctica deplorable y pueril, no diría yo que no les da resultado. Ni mucho menos.

Una vez que eliminemos al PP, objetivo primordial de cualquier partido digno de denominarse así y democrático que se precie de ello, ya sólo nos quedará, por fortuna, un partido al que votar: el PSOE. Porque votar a sus actuales acólitos sería tontería. Para qué nos vamos a engañar. Será entonces cuando la Democracia habrá llegado a su cenit. Sin posibilidad ya de votar, ni pensar siquiera, en idea alguna que no sea el socialismo real (que ninguno de nuestros progres profesa, por cierto), todo será perfecto y el PSOE gobernará per secula seculorum. Amén.

Qué maravilla. Oh! Qué llegue ya el día, por Dios.

16 septiembre 2006

EL 11-M, EL PSOE, EL ABC Y EL MUNDO. Política

Anda el patio revuelto por la investigación que llevan a cabo El Mundo y Libertaddigital sobre “la verdad” del 11-M. De un lado, el PSOE critica que periódico de Pedro J. pretenda llevar a cabo un juicio paralelo sobre el tema, y de otro, La COPE (en pleno) ha arremetido seriamente contra el ABC por secundar, supuestamente, la tesis del enemigo. En cuanto a esto último, no me cabe duda alguna de que la radio episcopal (a la que soy tan asiduo como al ABC) está utilizando a la cabecera de los Luca de Tena como víctima propiciatoria, un poco por las rencillas entre Jiménez Losantos y Zarzalejos, y otro poco por la impotencia de contemplar cómo uno de los diarios de referencia tradicional del sector conservador no comulga (la expresión viene al pelo) con las tesis de la nueva prensa derechista (o liberal, que dicen ellos): El Mundo y La Razón.

Al margen de este asunto periodístico, está el PSOE. Al margen, pero tirando piedras desde la azotea. Lo que más me sorprende es que el PSOE considera la investigación extra judicial inmoral (sic). Para ello han recurrido a dos argumentos: Primero, a que la pesquisa procesal debe quedar reservada a los Tribunales de Justicia; y segundo, que El Mundo y compañía están basando sus hallazgos en el testimonio de un delincuente. Ambos argumentos son falsos, como suele el PSOE. Son dos simples sofismas.

Respecto al primero de ellos ¿cómo puede sostenerse con un mínimo decoro que la búsqueda de la verdad es inmoral?, ¿cómo puede pretenderse que la búsqueda de la verdad quede reducida a la “verdad judicial” a la que apela Pepiño Blanco? Si la “verdad judicial” no se corresponde con la “verdad real” es que una de ellas no es verdad. Que esto no lo entienda el secretario de organización del PSOE se comprende, pero que lo obviemos el resto no pasa. La verdad, deberían saber Blanco, Rubalcaba y Chaves (que se han pronunciado en idéntico sentido), sólo es una, da igual que se alcance mediante la indagación procesal o mediante una investigación extrajudicial. La cuestión es encontrarla. Por eso, y en esto le doy la razón a El Mundo, me parece perfectamente legítimo, no sólo que haya varios periodistas persiguiendo el asunto, sino que se pusiera tras la pista de los atentados de Madrid todo aquel que pudiera descubrir algo.

Y en lo que se refiere al testimonio del tal Suárez Trashorras, no creo que cuando fue citado por Del Olmo, tanto como imputado como testigo, haya tenido éste tantos reparos morales para escuchar su testimonio. Tampoco la policía creo que desconfiara mucho de él cuando lo tenía en la nómina de confidentes. El hecho de que el periódico de Ramírez haya retribuido esa información, no le quita un ápice de validez a ésta. La policía se ha dedicado siempre a cambiar información por beneficios penitenciarios, vistas gordas, o pequeñas dosis de droga para los chivatos, y nunca han renunciado a aquella.

¿Creería el PSOE, acaso, a Suárez si les revelase algún dato que les beneficiara? Contéstese usted mismo.

14 septiembre 2006

LA INDEPENDENCIA NO SIRVE DE NADA. Política

No lo digo yo, lo dijo Maragall en la Diada. Es más, no es que no sirva de nada sino que “es ridícula”. Coño, lo que hay que oír! Si uno se pone a pensar, no tarda en darse cuenta de que, efectivamente, los catalanes no gozan precisamente de fama de dogmáticos. Al contrario, su notoriedad de peseteros les ha convertido en una de las razas más avispadas para el negocio (la influencia hebrea perdura). Por eso, para conseguir una peseta, el catalán (según tengo entendido) recurre al dogma que sea menester. Y así ha sido.

Una vez reivindicado el origen antediluviano de la raza catalana, y una vez aprobado el Estatuto en base a ello, Maragall dice que ya han conseguido lo que querían. Claro, así se entiende que la independencia ya no les haga falta para nada. Si tienen lo que quieren y el Estado español (como dicen ellos) sólo es “residual”, aunque pagano, pues ¡viva España! (con perdón, eh…). Si ya decía yo. Dónde van a ir a parar, si tienen firmadas las inversiones de los tres próximos años. De esta forma se entiende meridianamente bien por qué la independencia es inútil y ridícula: si Cataluña fuera independiente no tendría, en principio, la más mínima posibilidad de pedirle limosna al Estado español, en cambio, si tienen lo que quieren y además siempre tienen la posibilidad de coaccionar al Estado para que les monte otras olimpiadas, otro Forum, el AVE o cualquier otra mandanga con vitola cultureta, pues mejor que mejor. Cla!

Sólo una cosa a modo de “post data”: espero que el Tribunal Constitucional resuelva pronto (muy pronto) la inconstitucionalidad del Estatut, porque mucho me temo que tanto regocijo nacionalista va a asistir próximamente al capítulo de la decepción.

EL ASUNTO RUBIANES. Política

La figura de Pepe Rubianes se ha convertido en los últimos días en el reclamo de un nuevo episodio de “las dos Españas”, que tanto gusta (y conviene) a algunos. El asunto trae causa de unas declaraciones que hizo el actor meses atrás en la televisión catalana en las que, sacudido por el jaleo y la aclamación del publico allí presente, se despachó con unos cometarios (un auténtico libelo verbal y soez) contra España. Entre las alhajas de su discurso se decían cosas como estas: “A mí la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás; que se metan ya a la puta España en el puto culo, les explote dentro y les queden los huevos colgando de los campanarios. Que vayan a cagar con la puta España y dejen de tocar los cojones, y se vayan a la mierda con el país este…”.

Después de esto (de lo que, por cierto, no tengo noticia de que los que ahora le defienden lo hicieran en su momento) Rubianes no representará por fin la obra que había programado en Madrid para las próximas fechas. Da igual que haya sido Gallardón el artífice del veto o que haya sido cosa del propio actor. La cuestión de fondo es la de si resulta oportuno censurar su obra “Lorca eran todos” al hilo de estos exabruptos.

La libertad de expresión es un derecho fundamental, como todos sabemos, pero que está jalonado por una serie de límites. Nuestra “progresía de pegatina y Audi” olvida de vez en cuando esto. Más bien, lo olvida deliberadamente cuando le conviene. Consideran intolerable que se repruebe la función del gallego sólo porque haya hecho uso de uno de los derechos que le corresponden. Sin embrago, la izquierda patria debería, aunque fuera una vez al año, ser mínimamente autocrítica. Dejarse de los eslóganes de asamblea parisina sesentera y ponderar no sólo la supuesta plenitud de la libertad de expresión, sino ante todo, la posibilidad de que dicha libertad se haya pillado los dedos. No olvidemos, por otro lado, el silencio que han mantenido cuando figuras como Rajoy, Boadella, Espada, Juaristi o Vidal Quadras han intentado dar una conferencia en Cataluña sin pronunciar “putada” alguna.

La libertad de expresión tiene como límites, como casi todo, la Ley, la moral y el orden público. Es decir, si un imputado amenaza e insulta al tribunal que le juzga, aquel será acusado de amenazas y desacato. El límite, pues, de su libertad será en este caso la Ley. Cuando, por contra, alguien manda a tomar por culo a “la puta España”, lo que está es atentando contra la institución estatal a la que el ofensor debe todo lo que es, tanto lo bueno como lo malo, quiera o no. Esta expresión, pues, pugna frontalmente con la moralidad española y con el orden público. Es cierto que con ser ello así, no habrá que imponérsele necesariamente una sanción legal a Rubianes. Legal no, pero sí social. La sociedad ofendida rechaza a sus ofensores. Pura lógica y congruente reciprocidad. Esto lo explica la Teoría General del Derecho: existen dos tipos de sanciones, las de naturaleza legal (en las que no ha incurrido Rubianes) y las de carácter ético, moral o social, que llevan aparejada una sanción de este mismo tipo aunque, eso sí, imprecisa y más difusa. Pues bien, el actor antiespañolista, a lo sumo, debería soportar un castigo de esta segunda especie, ya que la sociedad española, en general, y la madrileña, en particular (permítaseme generalizar), no entiende que un personaje con esta actitud pretenda estrenar la obra teatral que dirige en el Teatro español; en la capital de (la puta) España; gobernada por los herederos de los que asesinaron a Lorca; en la España “charanguera, de escupitajo y gomina, inculta y reaccionaria, culturalmente miserable; cavernícola y fascista”, como dice el propio Rubianes. No se entiende que recurra a un teatro de titularidad municipal de la “capital de mal” para representar su función. Es, cuando menos, no ya una provocación (como podrán sostener algunos) sino un ejercicio de incoherencia culturalmente miserable (por parafrasear al interfecto).

En fin, las palabras del actor gallego no deberían quedar sin una reacción social que desaprobara su conducta. En caso contrario nos encontraríamos ante ese adagio castellano que reza aquello de: “Encima de puta (nunca mejor dicho), poner la cama”.