18 diciembre 2005

GOLPE CIVIL. Política

Juan Alberto Belloch, a la sazón alcalde de Zaragoza, y durante los años de la corrupción masiva felipista Ministro de Justicia e Interior, se despachó a gusto el pasado viernes contra la COPE, Jiménez Losantos, César Vidal (namber-guán de la radio española, a juicio de quien esto escribe), El Mundo, La Razón, Rajoy, Zaplana y compañía. Vamos, el “facherío” patrio. De Federico Jiménez, que si es un rijoso; de “don César”, que ve masones por todas partes; y de Rajoy, que “es Registrador de la Propiedad” (¿?). Qué tendrá de malo ser Registrador de la Propiedad, digo yo…; la oposición, vale, sí. Pero si lo único malo que puedes decir de Rajoy es que es Registrador, mal vamos. Es cierto que últimamente el lobby notarial del Ministerio de Justicia la tiene tomada con los Registradores, pero de ahí a que se ceben en ello…

Dice el ilustre edil, que todos ellos (no los Registradores, sino la COPE y cía.) están intentando dar un “golpe civil”. Que qué es un “golpe civil”, pues hombre, no sé. Pero creo que podríamos definirlo más o menos así: “neologismo que indica la idea de un cambio radical en el Gobierno o el sistema democrático, en base de una revuelta de carácter ciudadano y no militar”. Es decir, para que se entienda, lo que hicieron la SER, Carlos Llamas, Gabilondo, El País, Canal +, Localia, Rubalcaba, los manifestantes “callejeros” del “pásalo” y los “titiriteros del Régimen” entre los días 11 de marzo y la tarde-noche del 13 del mismo mes. Eso es lo que quiere decir Belloch cuando se refiere al “golpe civil”, ¿no? Lo imaginaba.

Pero es que el Alcalde zaragozano (pobre Zaragoza...) no se quedó ahí. Dijo además que al PP le "horrorizan" tres cosas: "que seamos capaces de reformar los Estatutos de un modo constitucional, razonable y solidario" (esto me lo apunto y me lo guardo; al tiempo), “que España recupere su posición de prestigio" en política exterior (¿lo dice en serio, o se cree que los españoles somos imbéciles?), y que "se pueda acabar con el terrorismo de ETA" (a mí esto no me horroriza: me espeluzna la forma en que se haga, nada más).

Los ataques de Belloch no son de ahora. El 29 de enero de 2005, utilizó las páginas del diario La Razón (sí, sí) para hacer lo propio. En aquella ocasión aprovechó para arremeter contra la AVT y la COPE calificándolos de "faltos de vergüenza, "gentuza", "basura hitleriana", "fascistas organizados y armados desde el sindicato del crimen". El insulto lo aplicó por extensión a todos los oyentes de la Cadena episcopal de los que dijo lo siguiente: “un determinado género de oyentes tras recibir su enloquecido adoctrinamiento se transforman de inofensivos fachas en peligrosos fascistas”. Coño, yo debo ser de esos, porque me trago 2 horitas de Federico por la mañana y 3 de César Vidal por la noche. Soy lo peor, oyesss… qué asco me doy.

Ya se sabe que, en España, pensar está prohibido, ya está todo pensado. Sólo puede adherirse a un credo, fuera del cual ni hay vida, ni posibilidad para disentir. El abuso que hace el socialismo de los tópicos contra-derechistas no es que ya me aburran sino que me empiezan a preocupar. El credo progre es uno, nihil extra. Bueno, fuera está el ultramontanismo, la vergüenza, la marginación social y moral. ¿De verdad algún socialista me puede decir, sin que se le enrojezcan las mejillas, que es legítimo disentir del catecismo izquierdista? Por lo visto, no. Es penoso, pero en España, o eres de una “supuesta izquierda” o no puedes ser nada, bueno sí: un “inofensivo facha” en trance de ser un “peligroso fascista”. ¿Seré yo, como escuchante de la COPE, una “basura hitleriana”, “un gentuza”, un “facha a un tris de la conversión en peligroso fascista”? Pues no lo sé, a lo mejor. Porque me miro en el espejo y no me gusta lo que veo. Hombre, estoy buenorro, pero por dentro…ay amigo: putrefacción intelectual en estado necrótico. Aunque eso sí, de momento, escuchar a Jiménez Losantos y a César Vidal no me ha inducido a ir a misa “de a 8”, a quemar los Kebab pakistaníes, a satanizar a los masones, o a insultar a los que votan al PSOE. Pero es que todo esto, aunque no lo crea Belloch, no se dice en la COPE, ni mucho menos. En cambio, escuchar durante años a Carlos Llamas sí que me hizo aborrecer a la SER y a toda su “secta grupal”.

Más le valdría a Belloch dejar de decir chorradas y (pre)ocuparse más por tener a Zaragoza (entera!) en condiciones. Por que mucha Expo y mucha mandanga pero la lista de necesidades de la capital aragonesa se acerca bastante al infinito. He dicho.

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