El 21 de julio de 1936 la Gereralitat de Cataluña formó el Comité General de las Milicies Antifeixistes ante el levantamiento en Marruecos de Franco. Lo último que sabido de ellos ha sido la proposición de ley sobre la "memoria histórica republicana" que acaba de presentar ERC en el Congreso. La iniciativa de los independentistas catalanes esta vez pasa por “reparar” moral y económicamente a aquellos que formaron parte de las “distintas organizaciones armadas antifranquistas” como reconocimiento “a la causa de la libertad”. En la presentación de semejante despropósito, y con un criterio impecable, Zaplana les preguntó a los separatistas republicanos si se referían concretamente “a los de la ETA, el GRAPO y/o a los de Terra Iure”.
Estos sujetos son unos auténticos canallas. ¿Se va a dar cuenta Rodríguez de quiénes tiene de socios de Gobierno? ¿Se da cuenta ZP de que tiene metidos en la cama a unos cretinos que reconocen la “lucha armada” como medio para alcanzar la libertad (según sus propias palabras)? Cualquier persona con un mínimo de decoro profesional o de autoexigencia personal mandaría a esta piara de desarrapados “a tomar por tal” a los 5 minutos de escuchar esta tropelía moral.
A todo esto, Joan Tardá y Joan Puig (el asaltapiscinas) tutelaban en la sede de la COPE de Madrid el encadenamiento de sus “pequeños milicianos antifascistas” para intentar “parar la radio del odio”. No comprendo bien qué entienden por “odio” esta banda de desaprensivos. ¿Lo de la “radio del odio” lo dicen porque la odian o porque lo que dicen es odioso? Porque si hubiera que manifestarse frente a las sedes de las cadenas de radio que expelen odio (Carlos Llamas se dedica a ello, por ejemplo) o que, simplemente, a algunos nos parecen odiosas, la Gran Vía de Madrid estaría colapsada a diario a la altura de la SER.
La licencia que disfruta la COPE en la FM de Cataluña está a punto de serles retirada (ya lo intentó Pujol y ahora le toca el turno al Consejo Audiovisual de Cataluña, el famoso CAC). He mandado mi más enérgico apoyo a la cadena en consideración a los derechos que nos concede la Constitución. El art.20 declara de forma tajante que “Se reconocen y protegen… el derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones…” Y debo añadir, que en mi adhesión de apoyo a la COPE he dejado claro que apoyaría la libertad y la pluralidad informativa cualquiera que fuera la emisora o medio de comunicación que se encontrase en el trance de ser censurada o silenciada, o dicho de otra forma, apoyaría igualmente a la SER si se hallase en el misma tesitura.
La Constitución proclama estos principios; y la Constitución es sagrada…de momento…
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