Lo que más me gustó de la contra-manifestación de los homosexuales por la Castellana (que se quedó en nada) no fue lo de la reivindicación de sus derechos (que insistiré una vez más en que tienen mi apoyo para casarse) ni lo buenorras que están esas locazas que cantan el “I will survive”. Lo que más me gustó fue uno de los iconos de nuestro tiempo: Carlinhos Brown, el símbolo de una época, la reencarnación de una progresía caduca reanimada con electroshock, a golpe de nuevos símbolos y de la consigna del “pásalo”. La Bardem madre ya está muy arrugada como para espolear de una forma medianamente eficaz a una centuria de dieciochoañeros prestos para reventar unos cuantos contenedores y media docena de escaparates, por eso le toma el relevo el hijo. Pero dejando al margen a estos valientes de la vida, me gustaría centrarme en la interesante figura de este cantante brasileño.
Si al lector le alcanza la memoria un año y medio, comprobará que la conexión de este melenudo con la retroprogresía tiene un claro epicentro: el Forum de Barcelona. Sí, ese acontecimiento que alcanzó una repercusión mundial insólita, allende nuestras fronteras, proyectado hacia el mismísimo sistema solar, del que todos seguimos hablando hoy. Sí, ese cónclave de las culturas de nuestro planeta inventado única y exclusivamente para hacerle sombra a “Madrid, capital cultural de Europa” (y ya de paso para que CIU hiciera unos cuantos negocietes del 3%). Pues bueno, lo único, lo único que recuerda el respetable de este inmenso tinglado es el carnaval que se organizó un día de marzo (si no recuerdo mal), en el que a la cabeza del desmelene general iba este Carlitos Marrón animando el cotarro. Según me contaron, el meeting fue todo un éxito. Éxito al que se tuvo que asir la organización del Forum cual náufrago al estribo del barco, como estandarte de todo lo que había sido el Forum ¿de las culturas? Así nació la figura de este habitante de Candeal, de este desheredado de la vida, su samba y su “batucada”.
Y así, uniendo una cosa con la otra tenemos a un icono de la progresía patria. De símbolo del Forum a símbolo de la progresía catalana; de la progresía catalana (primera, genuina y casi única, de todas las que puedan existir) a la de Madrid; de ésta a todos los adeptos del rollo progre, y entre éstos, en fin, a todos los estratos en los que la progresía tenga algo que ver, decir, pensar, opinar o causa que salvar. Es el caso de los gays y lesbianas, mozos y mozas estupendísimos de la muerte con Carlihnos Brown de mascarón de proa (por seguir con la náutica), el símbolo de una época retroprogre que vuelve. Y es que los del orgullo gay no ponen cualquier cosa en sus carrozas, para carroza ya está la Bardem.
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