Ay, qué hubiera sido de Carod sin Franco. Pero no sólo de Carod si no de una enorme parte de esos catalanes que se cuando llegan a casa encienden la TV3 para regocijarse con el reportaje diario de la guerra civil, la represión franquista, la guerra de sucesión, el Archiduque Carlos de Austria, el origen de la foralidad y Felipe V, el emperador Justiniano, sobre los garrotazos que se atizaban los hombres de cromañón, o sobre lo que sea menester. Lo de los nacionalistas catalanes con Franco es patológico. Y cuando digo nacionalistas me refiero, claro, a los independentistas y a Maragall, que va de tapado, pero el régimen integrista que sigue manteniendo es escalofriante.
Como a Franco lo echan de menos tienen que reencarnarlo en el primero que se les cruce por la calle que lleve una camisa de Ralf Lauren, que eso es muy facha y muy del Opus. Ellos odian a los de la camisa de Polo, prefieren a Adolfo Domínguez, Camper y a Armad Basi (con lo de izquierdas y proletarios que son…). Pero a lo que voy, que los izquierdosos catalanes sueñan con la efigie del caudillo de España. Todo les recuerda a él. Todo lo que no es catalán, se entiende.
El sábado hubo alguna pancarta en la manifestación de Salamanca que rezaba “Carod al paredón”, y, claro, el pobrecillo se ha giñao, que diría un castizo. Lo ha considerado como una amenaza de muerte, responsabilizando al PP (según él, la ultraderecha franquista, cómo no) de instigar este tipo de soflamas. Pero creo que no es para tanto. Vamos a ver, en primer lugar esa frase no constituye amenaza alguna, ni desde el punto de vista semántico ni desde el jurídico. Es, como diría Fernández de la Vogue, la mera expresión de un deseo. Es más, apuesto: la demanda que interponga ni siquiera se la van a admitir a trámite, y si no al tiempo…Y en segundo término, no sé qué pretende Carod haciéndose el santito porque algunos aún nos acordamos de que este grupo político cuando era todavía más marginal de lo que es ahora, cobijó en su seno a Terra Lliure, banda que no se dedicó precisamente a la caridad cristina. Así que, ciudadano Carod: váyase a engañar Persignan, aquí no cuela.
Lo más penoso de todo es que este tiparraco es el que marca la política de ZP, presidente del Gobierno de un país enemigo! La coherencia es una palabra de intrincado significado, sobre todo para algunos.
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