Me agotan la paciencia. Los chicos de Esquerra ya no saben qué imbecilidad hacer para llamar la atención. Esta vez la han tomado con la casa de Mallorca de Pedro J. Ramírez. La excusa es lo de menos, la cuestión es que nadie puede entrar en un domicilio ajeno sin la autorización del morador o de la autoridad judicial. Sin embargo, a los republicanos del Reino de España les trae al pairo lo de la propiedad privada y otras chorradas por el estilo, ellos viven al margen de la ley, porque como buenos aprendices de revolucionarios, todo orden instaurado les supone una amenaza y, por tanto, se hallan perfectamente legitimados para eliminarlo. Y ahí tenemos al payaso de Joan Puig (qué tipazo, señora!) con el carné de Diputado en la boca, cual can al reclamo de la voz de su amo, accediendo por vía marítima a la fortaleza del enemigo. Me lo tomo a risa porque los payasos hacen payasadas y producen risa. Pero Joan Puig, además, me da risa por lo idiota que es, por lo fofo que está y por lo feo que es el amapola. Y encima con el carné en la boca. Rematado.
La cosa, sin embargo, no es para tomársela a risa, al contrario. Que este memo se haga acompañar por un grupete de anormales para entrar por la fuerza en un propiedad privada es bastante grave. Tan grave como que viene sancionado como delito en el artículo 202 del Código Penal, y castigado con pena de prisión de 1 a 4 años, y multa. Casi nada.
Imaginemos, por otro lado, que la vivienda de este mendrugo fuera asaltada por un grupo de miembros de Fuerza Nueva (o como se llame ahora). ¿Qué pasaría? Buenoooooo… para qué hablar. Al tribunal de La Haya directamente. Pues eso. El caso sería idéntico: una conducta delictiva repugnante y violentadota de la intimidad personal, castigada penalmente.
Me temo que la hazaña de Joan “ababol” Puig quedará como una anécdota graciosa que merecerá por parte de su socio de gobierno, el inefable ZP, a lo más, una de sus irritantes sonrisas. Esa es otra; pensar que la política de este país de Dios, de esta nación en rigor mortis, de esta patria pútrida de casi ningún español, está subordinada al dictado del partido de este superdotado de la gilipollez, no da risa. Da pena.
Fotos: Arriba, 007 adentrándose en el dominio de "doctor No", con el carné entre los dientes. En medio, David Hasselhoff a punto de tirarse a la piscina. Aquí abajo, nuestro héroe haciendo migas con ¡¡un capitán de la Guardia Civil!! ¿Se irían después a tomar unas cañitas?
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