15 mayo 2005

APOCALIPSIS. Política

Ya comenté, que la táctica que utilizaron los socialistas en el debate sobre el estado de la nación me pareció bastante hábil. Lo de desmontar las profecías del PP sobre un desastre nacional dio resultado. La gente se quedó con la idea de que los vaticinios que hizo el Partido Popular sobre ciertos temas (menores, eso sí) no se han cumplido. Esto, que no es del todo verdad, tampoco permite deducir que lo que pretende ahora el PSOE le vaya a salir bien. Los Rubalcaba destroyer boys han dejado claro que ciertas profecías del PP eran infundadas. Muy bien. Y a partir de ahí, nos quieren hacer creer que sus rolletes con los independentistas varios que pueblan Celtiberia forman parte de una política de lo más normal. Que la línea de negociar con la ETA es una postura perfectamente lógica.

ZP dijo el otro día que con él había cesado la crispación a España, que con Aznar, nieto del mismísimo Lucifer, no se podía vivir en paz; vamos que España estaba más o menos en estado de excepción. Pues la verdad es precisamente la contraria: no he conocido mayor crispación entre la gente en lo que recuerda mi memoria. Hace bien poco tuve una discusión que tomó un tono bastante desagradable con la que considero mi mejor y única amiga. Me llevé un disgusto gordo. ZP a esto se la pela (que diría un macarra), como él y los suyos, los que leen El País y escuchan la Ser (y rezan con su doctrinas) no están crispados, pues la crispación no existe. Objetivo análisis, ouí mesieu. La crispación la provoca su constante desafío a los principios constitucionales que se ha convertido en un mercado persa. Bueno, bonito y barato, señora. ¿Qué quiere usted? Sonrisas para todos y buen rollo cínico. Pues nada, conceda usted lo que piden a catalanes y vascos, conceda. Nada malo puede pasarnos, no? Y si pasa, pues que lo arregle el PP que por entonces ya estará gobernando. La consigna que recibió ZP de Ibarreche en esa reunioncita secreta que mantuvieron, nos va a llevar a la penosa negociación con los terroristas y a una posible derogación de la Ley de Partidos, una vez que los de las tierras vascas hayan aposentado sus culos en los escaños del parlamento vasco.

Posiblemente el Apocalipsis del PP no llegaremos a verlo, pero lo que tristemente sí podríamos llegar a ver es la desintegración de España. Sí, de España. De la España constitucional. De la España articulada, solidaria, de la España homogénea. Ya he visto eso que circula por la red de que quien utiliza la palabra España es un facha. Pues ya ven que yo lo soy. Qué tristeza.

No hay comentarios: