Ante su encuentro de hoy con Ibarreche y el tinglado de la financiación catalana, ZP tiene dos pelotas de fuego en su tejado. Lo del Lendakari no hay quien lo entienda, ¿o sí? Recibe a Otegui y compañía como si tal cosa, y hoy va a Madrid para mantener con Zapatero otra de esas fructíferas reuniones de sonrisas para todos y “ya hablaremos”. La concreción política de nuestro presidente la verdad es que es brumadora, nadie lo puede negar. Además, qué más le hace falta a ZP para darse cuenta de que ya puede ilegalizar al fantasma comunista de las tierras vascas? Porque el otro día el lugarteniente de Otegui, al concluir su reunión con Ibarreche dijo que ellos estaban allí porque “habían obtenido el respaldo social de miles de votos” ¿Quiénes, ellos o los comunistas esos? No será que quiere decir que son lo mismo, ¿no?
La otra pelota en llamas de ZP es el revuelo organizado con lo de la financiación catalana. Hasta los propios socialistas de las autonomías, con Ibarra a la cabeza, han puesto coto a las pretensiones de Maragall por medio de los más variados calificativos. Es más, el propio presidente extremeño advierte “que si fuera Zapatero el que propusiera o apoyara esa financiación, yo combatiría a Zapatero”. Vamos, que la ZP le crecen los enanos por toda España, incluidos los de su propio circo, que es lo mejor. ¿Se dará cuenta alguna vez que esa teoría de la “sonrisa para todos” y el “sí-gracias” no le puede dar otros resultados que estos?
La semana que viene se celebra el debate sobre el estado de la nación, en el que, a la vista de todo esto, sólo se puede vaticinar que ZP llegará con los pantalones por los tobillos y que Rajoy, si está un poco fino, podrá hacer que se le caigan los pulgueros. Y así, con el culo al aire, convocará la conferencia de presidentes autonómicos de junio para que le empiecen a dar sopapos todos, incluso sus propios enanos. España hierve a fuego lento.
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