Dice Maragall, que históricamente España ha maltratado a Cataluña y que por eso los catalanes son bastante escépticos respecto del resto del país. Lo de escépticos, naturalmente, es un eufemismo, claro, porque lo dijo tras haberle preguntado si era verdad que los catalanes eran despectivos con el resto de los españoles. Maragall, como el resto de políticos (sobretodo los nacionalistas), tiene que soltar de vez en cuando unas cuantas tonterías para que sus votantes se sientan directamente amenazados por el enemigo, se sientan amparados por el líder y le concedan su confianza.
Yo creía que lo del maltrato a Cataluña ya no se decía. Creí que ese tipo de argumentos eran demasiado pueriles como para soltarlos así, por las buenas, sin que el aforo se parta el pecho espontáneamente. Pobrecitos. Como desde los tiempos de la prescripción inmemorial España los ha tenido constreñidos y subyugados a su capricho, pues ahora les toca a ellos maltratar al resto de España, aunque sea a sustos y disgustos. Dice que en Extremadura tienen un ordenador por cada pupitre y que en Cataluña no. Qué calamidad, qué horror, anatema, qué insolidaridad. Purita demagogia. Ay, si lo hubiera escuchado Rodríguez Ibarra in situ. Se le lanza al cuello y velada de lucha libre, señores. Porque el presidente extremeño es un bocazas pero dice unas verdades, a ratos, como la boca por donde le salen.
Ibarra, y todos, tenemos que asumir de una vez por todas las intenciones de Maragall (el abuelo de Cobi). Ellos a su rollo, en el mismo edificio que España, pero en su ático. Eso sí, los gastos de comunidad que los paguen los de los pisos inferiores, que ellos no están para gastos, y mucho menos para darle nada al vecino que le ha estado maltratando durante toda la vida.
Hombre, visto así, tiene razón el President. Hasta que no pongan un ordenador para cada alumno, aquí no de aporta ni un duro. Después ya se inventarán otra para lo que sea. Si para eso tiene que defender uno las memeces de Ibarreche o mantener el tripartito con los comensales de la ETA en Perpignan, lo que haga falta. Si tiene que apoyar el pacto de los socialistas vascos con el PNV, pues qué hacer, de mil amores. Al fin son de la misma tribu urbana: todos han sido países maltratados por la diabólica España durante los días de la historia.
Ahora es a ellos a los que les toca maltratar, aliud pro alio. Y mientras, ZP sonriendo como el Joker. Qué alhaja.
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