15 abril 2005

LOS MINISTROS DE CUOTA. Política

Para que no se diga, de la misma forma que me referí en su momento a las ministras de cuota, entiendo que es justo retratar a sus también compañeros de cuota, por que al fin de cuentas ellos igual lo son por imperativo legal, no? Estos, en cambio, como no se han hecho foto juntos los tengo que ir recordando uno a uno, así que si me dejo alguno tendré que repescarlo posteriormente.

El más célebre de todos los ministros, por su reconocida incompetencia y por su indisimulada falta de aptitud (por decirlo suave), quizá sea Moratinos, también conocido como Desatinos por la evidente conexión entre el propio apelativo y su primer apellido. Desde sus relaciones, estratégicas, con los líderes caudillistas de iberoamérica (Castro y Chávez, y por que no hay más) hasta las acusaciones que hizo al anterior Gobierno de apoyar el golpe de Estado en Venezuela (se creyó que haciéndolas en un programa amigo –“59 segundos”- le iban a aplaudir).

En segundo lugar, tenemos a Solves, ministro de economía que, por lo que dicen incluso los que criticamos habitualmente al Gobierno zetapetista, es el único con cierta capacidad, aunque eso sí, tampoco da una. La sombra del asesor “cobra favores” de ZP, Miguel Sebastián, no le da más que disgustos. Una coordinación propia de la gimnasia sincronizada. Sobresaliente.

López Aguilar, el pajarito canario, yo creía que era lo que parece, o sea, un pelele, pero no. El tío se las gasta con un aire dictatorial que, en mi opinión, es el que se lleva la palma junto a la vice de la Vogue. Qué sujeto! Se pasa por el forro el estandarte del (des)Gobierno de ZP: el diálogo. Matrimonio gay, sí. Que lo católicos, e incluso los que no los son, dicen que resulta aberrante denominar así a la unión homosexual, pues él se defiende contestando que lo que dicen eso son unos fachas y la ultra derecha casposa. Eso sí, con talante. El diálogo y el amplio consenso son para otra ocasión, no lo vayan a desgastar. Y lo mismo podemos decir de la adopción de niños por parte de las parejas gays y lesbianas: prometió que no se iba a abordar ese asunto por el momento y le ha faltado el tiempo para ponerse manos a la obra. Este tío tiene más peligro que un mono con un mechero, se lo digo yo.

ZP tenía que pagar a dos de sus esbirros antes que a nadie: a Pepino Bianco y a Caldera. El primero no ha llegado a ser ministro porque aunque el cargo puede ocuparlo hasta un tonto de baba, él no alcanza ese nivel. En cambio, Caldera se ha encontrado con un ministerio del que no tiene ni la más remota idea y en el que se dedica a dar carta blanca a todo inmigrante, ilegal, alegal u otros, que se lo pida. Pero todo en aras de la progresía.

Montilla es el zorro en el corral de las gallinas. El infiltrado de Maragall en un Gobierno extranjero. Porque él no es español, eh. Sin faltar… Qué-ho-rror!

El ministro del interior es un amapola que se apunta los logros de Aznar en la lucha contra el terrorismo. Eso sí, tiene un salero, una gracia embelesante y una oratoria que parece Castelar.

A Jordi Sevilla, ministro de Administraciones Públicas, lo conoció el gran público cuando, en una conferencia en la que Zapatero hizo públicas las medidas económicas para cuando ganara las elecciones, aquel, sin saber que el micrófono estaba abierto, corrigió a ZP por haberse equivocado en una serie de cosas diciéndole: “no te preocupes, yo te explico esto en un par de tardes”, lo que Zapatero desdeñó sin hacerle el más mínimo caso. Ahora, el citado ministro acude al ministerio, se sienta en la poltrona y contempla el techo hasta que dan la hora de comer. Ante su firme negativa a reformar la Constitución en lo referente a la inclusión del término “nacionalidades” y de una nueva financiación bilateral a la carta con Cataluña, sus superiores le han tenido que enmendar la plana varias veces ante la presión del tripartito catalán recordándole que él hará lo que le digan desde Cataluña, así que lo mejor es que se esté calladito, no se vayan a enfadar Maragall y Carod-Rovira.

Y, por último, el más verbenero de todos ellos: Bono. No, el de U2 no. La medalla (merecidísima) que tuvo que devolver por que su hijo (que luego he visto que es ya un mocetón) estaba “trijte y maj que trijte”, fue más propia de las condecoraciones repúblicas africanas golpistas, en las que a uno lo hacen General por haberse consumado un golpe de Estado. Pero su toma de posesión (ohhh!), pasará a la historia: propia de La Codorniz y de las películas de Berlanga. Ráphael (y familia), Cochita Velasco (con peineta!), Carmen Sevilla, o P. J Ramírez aguantaron con estoicismo el paso de revista del nuevo ministro a los soldados que le dieron la bienvenida. Para que lo saquen en DVD! Yo lo reservaría hoy mismo. Aunque a lo mejor en el Emule…

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