24 abril 2005

LA TERRATENIENTE TRUJILLLO. Política

Ayer supimos que la ministra Truquillo se ha hecho un despacho a la altura del honor que dispensa en su cargo. Por lo visto, el sitio tiene 77 metros cuadrados y está decorado con lo último (o lo penúltimo) del mobiliario zen. Algunos, han criticado este dispendio por contravenir la austeridad métrica que patrocina la ministra. Sin embargo, no entiendo que haya que alarmarse por ello. Si uno de los altos cargos de la Administración Central requiere de este tipo de instalaciones no seré yo quien lo ponga en solfa. Si el servicio lo exige, pues nada, lo que haga falta. Si el despachito estaba un poco desfasado, pues se ponen muebles nuevos del estilo que a uno le venga al gusto: zen, zon, colonial, art decó, o lo que le haya recomendado la ministra Calvo, que esta sí que entiende de tendencias y moda, para eso es la ministra de cultura, no? La verdad es que tampoco se me encendió el piloto rojo cuando lo leí. Aunque eso sí, este Gobierno tiene una propensión algo maniática a cambiar el decorado de las estancias gubernamentales. Pero lo entiendo. No vaya a ser que se les pegue la bicha por sentarse donde se sentaron antes los Aznar boys and girls. Cuidado.

Hoy hemos conocido otra de la ministra de vivienda. Se conoce que es propietaria (qué horror, con lo progre que es el alquiler) de un chalé de 530 metros (cuadrados, se entiende; si fueran cúbicos como pretende ella, se le quedarían en nada, imagínense ustedes). Me encanta que la gente viva bien, en serio. Siempre he pensado que cuanto más feliz sea el prójimo más feliz serás uno, no porque te regalen parte de su dicha, si no porque dejarán de trasladarte su desventura y, por tanto, te fastidiarán menos. No me molesta que la ministra mejor valorada del Gobierno tenga tan magna propiedad. Por mí, como si quiere se comprar el circo de Ángel Cristo o fundar el fan-club de Torrebruno (si es que no está fundado ya). Ahora bien, que la gente practique lo contrario de lo que predica y más cuando se dan conferencias a diario para provocar la irritación del respetable, es intolerable. Así que le propondría humildemente a la ministra que socialice parte de su casa (socialismo significa socializar, no?). Que se quede con 100 m² y que el resto lo comparta con su estimada conciudadania. Con la parte restante puede construir un montonazo de mini-pisos. Aunque si no quieren socializar (cosa que entendería), lo mejor que pueden hacer es cambiarle el nombre al partido, no?

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