28 abril 2005

PROFUNDA DESCONFIANZA. Política

ZP se pasó el otro día por el programa amigo al que tenía previsto haber acudido durante las elecciones vascas pero al que, por fin, no fue por que alguien con un poco de seso le advirtió de las consecuencias que ello le podría acarrear. Bien hecho. Y dijo que “tiene una profunda desconfianza por los políticos que esgrimen la confrontación de identidades, de lenguas y de banderas en el debate político”. Supongo que no se estaría refiriendo a Maragall, Carod-Rovira o a Ibarreche, porque al primero lo tiene metido dentro del partido, al segundo lo tiene de socio de legislatura y al último también puede tenerlo en los próximos días.

Servidor pensaba que estos tres se dedicaban a dar la brasa a diario sobre el tema de sus identidades seculares y sus lenguas autóctonas, que es precisamente lo que les hace diferentes y por tanto acreedores de la denominación “nacional”. Pero, por lo que se ve, para ZP esto no se utiliza para la confrontación. Qué va, ni mucho menos. Ellos no ponen reparos a que en las Cortes de Madrid no puedan utilizarse sus lenguas. Lo asumen con diplomacia, naturalidad y sentido común. No ponen ninguna cortapisa para que se use el único idioma en la que nos entendemos todos los españoles. Que se lo pregunten a Manuel Marín (PSOE), presidente, a la sazón, de la Cámara Baja. Que le pregunten si le producen jaqueca los nacionalistas con este asunto, que se lo pregunten.

Respecto a lo de las identidades, la verdad, no entiendo a qué se refiere ZP. A lo mejor es cosa mía, pero yo tenía entendido estos tres tenores si hay algo de lo que presumen es de ser diferentes, de gozar de una identidad distinta a la del resto de los españoles, que en el caso de Ibarreche alcanza una cotas prehistórico-místicas delirantes. De dónde me habré sacado, pues, yo eso de que los catalanes y los vascos nos recuerdan a diario que son distintos y que por eso reclaman, con toda justicia, la independencia o lo que sea. Lo habré debido soñar, porque si ZP dice que desconfía profundamente de ese tipo de gente y son éstos concretamente los que le marcan la agenda a nuestro líder, no me lo explico. Así que, para despejarme esta zozobra me fiaré de mi querido presidente por accidente y a partir de hoy yo también desconfiaré de ese tipo de gente. De momento, lo único que sé es que Maragall, Carod e Ibarreche no son de esos. Palabra de ZP. Amén.

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